Abordan declaraciones falsas de militares para inculpar a detenidos, así como informes médicos que omiten lesiones.
El día de ayer la CNDH emitió dos nuevas recomendaciones dirigidas a la Sedena, ambas por actos de detención arbitraria, retención ilegal y tortura ocurridos en Ciudad Juárez en el primer semestre de 2008. De nueva cuenta llama la atención que a diferencia de otras ocasiones la CNDH no emitió un comunicado de prensa al respecto. Recordemos que su política al respecto suele ser difundir primero los boletines de prensa y unos días después subir las recomendaciones a su sitio web.
En cuanto al contenido de las mismas, llama la atención que ambos documentos retoman una situación recurrente en las recomendaciones del organismo en lo que va del sexenio, a saber: la falsificación de pruebas por soldados con el objeto de encubrir las torturas y otros abusos que cometen mientras retienen por plazos indebidos a víctimas antes de ponerlas a disposición del Ministerio Público. Por un lado, la recomendación 54/2009 reconoce que un médico adscrito a la Sedena expidió un informe en donde omitió mencionar las lesiones que presentaba la víctima, producto de las torturas inflingidas por sus captores militares; lo cual resultaba “notoriamente contradictoria” con los resultados de tres peritajes médicos realizados por autoridades civiles. Reconoce también que “aún no se ha iniciado procedimiento administrativo de investigación ni pronunciamiento alguno respecto de la responsabilidad penal en que pudieron haber incurrido los servidores públicos que participaron en los hechos…” Por otro lado, en la recomendación 55/2009 la CNDH da por acreditado que “A1 y A2, soldados de infantería, realizaron declaraciones ministeriales con el ánimo de tergiversar la verdad histórica y jurídica de los hechos” del caso.
A pesar de reconocer plenamente la forma en que las autoridades militares tratan de encubrir dichas violaciones, la CNDH recomienda en ambas de las recomendaciones emitidas ayer que se dé vista al fuero militar para investigar los abusos documentados.