«Deja de moverte o te corto la mano», le advierte uno de los militares. Sin darle tiempo de protestar, le jala la muñeca y la raja con una navaja. La sangre sale a borbotones.
En el cuarto donde Miriam está detenida hay una silla y un colchón en el piso. La arrojan ahí con los ojos vendados y las manos amarradas.
«¿Conoces el rompecabezas? Pues tú eres la última pieza de un rompecabezas. Sabemos a lo que te dedicas. Ya te echaron de cabeza las personas con las que trabajas. Más te vale cooperar», amenaza otro militar.
Parte del testimonio de Miriam Isaura López Vargas quién según narra una nota publicada hoy por Reforma, ha sido acusada falsamente por denunciar un abuso militar. A la fecha sigue detenida. Más información de este caso en la nota de Reforma haciendo clic aquí.