En menos de tres meses, tres migrantes de origen centroamericano han sido encontrados asesinados en Tultitlán, Estado de México.
31 de octubre 2011/Sididh/Zov.- El pasado viernes 28 de octubre fue encontrado dentro de un local comercial abandonado, el cuerpo degollado del hondureño Carlos Humberto Díaz Escobar. Esto en la colonia Villa Esmeralda, muy cerca de la Central de Abastos de Tultitlán, en el Estado de México.
Según fuentes periodísticas, este local comercial en donde se encontraba Carlos Humberto Díaz Escobar, de origen hondureño, ha servido como refugio para migrantes centroamericanos; sin embargo, el hecho de que se haya encontrado ahí su cuerpo sin vida es una muestra de la vulnerabilidad con la que corren al albergarse en este sitio.
Este hecho se relaciona con otros dos que han ocurrido en un periodo menor a 3 meses: en la colonia Lechería, el 7 de agosto fue encontrado el cuerpo del guatemalteco Julio Fernando Cardona, de 17 años de edad, asesinado a golpes según los reportes oficiales. Del mismo modo, María Mares Ortiz Hernández, fue encontrada hace apenas 2 semanas, el 13 de octubre, junto a las vías del tren, en las inmediaciones de la Casa del Migrante.
Ante esta situación e incluso antes de los otros dos asesinatos ocurridos en octubre, Amnistía Internacional expresó su preocupación por la vida de los migrantes y el personal del albergue San Juan Diego (refugio de Julio Fernando Cardona) y solicitó de manera urgente a las autoridades medidas cautelares para garantizar la seguridad de los migrantes.
En adición, el pasado jueves 27, el Centro Prodh expuso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que en México sigue sin poderse garantizar la protección a las personas migrantes que transitan por México en situación irregular, por lo que se refrendó la necesidad de que las organizaciones de la sociedad civil participen en el diseño del reglamento de la ley migratoria.
En resumen, los asesinatos en Lechería son casos emblemáticos de la carencia de protección a migrantes en territorio nacional, y son pruebas de que la promulgada Ley de Migración, que se propone a sí misma como la solución a la vulnerabilidad de los migrantes en tránsito, no está presentando los resultados esperados.