En la Montaña y Costa Chica de Guerrero, hombres y mujeres han entendido que la lucha es imposible sin la otra mitad del cielo, sin la otra mitad de la resistencia: Ellas.
(Artículo retomado del Colectivo Construyendo Resistencias, en Desinformémonos)
Hace tiempo, las mujeres de la Montaña y de la Costa Chica de Guerrero conocieron a las mujeres zapatistas y a su nuevo modo de organizarse. Se enteraron de la existencia de la Ley Revolucionaria de las Mujeres Zapatistas y de que las mujeres, en ciertas zonas de Chiapas, ocupaban cargos de alto rango y su palabra era escuchada y respetada. Entonces, en Guerrero se preguntaron: “y nosotras, ¿cuándo hacemos nuestra ley de las mujeres?
Ahora, están por cumplirse casi dieciséis años de justicia comunitaria en la Montaña y en la Costa Chica de Guerrero, donde la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias – Policía Comunitaria es ejemplo de lucha, resistencia, constancia y congruencia. Sin embargo, su trabajo también les ha traído hostigamiento, acusaciones infundadas y marginación. Además, se encuentran luchando contra las mineras, que buscan apropiarse de su territorio y dañar así su forma de vida.
Desde 2008 hasta 2010, las mujeres discutieron en asambleas cómo dar forma a sus derechos. Después de terminar con sus labores, se reunían y conformaban diálogos que continuaron creciendo. También se encargaban de explicarles a los hombres que no querían ser mandadas, sino caminar juntos. Ellas decían: “tenemos pensamiento, ideas, y uno no es mejor que el otro, sino que los dos juntos son mejores para la familia, la comunidad (…)”.
De esta forma, en las comunidades de Zitlaltepec, San Marcos, Santa Cruz Cafetal, Llano de las Flores, Llano de las Flores I, Nuu Savi Kani, y Chilixtlahuaca del municipio de Metlatónoc, y Llano Perdido del municipio de Cochoapa el Grande, en la Montaña del estado de Guerrero, las mujeres se concentraban en las comisarías y discutían sus problemas. Fue así como decidieron formar comités de mujeres y así, seguir organizándose.
En el 2010 se realizó el Primer Encuentro de Mujeres Indígenas de la Región de la Montaña, donde se aprobó la Carta de los Derechos de las Mujeres, resultado del trabajo organizativo de casi tres años. Ellas dijeron: “Pensamos que esta carta ayudará a fortalecer el proyecto comunitario y si alguien viola estos derechos será sancionado ente las autoridades comunitarias. Sabemos que sólo trabajando juntos, hombres y mujeres, nuestras comunidades y nuestro proceso de justicia comunitario se fortalecerá. Respetando los derechos de las mujeres también serán respetados nuestros derechos como pueblos”.
Las mujeres fueron enfáticas con los hombres de sus comunidades y señalaron: “Nosotras las mujeres nos organizamos para defender nuestros derechos, pero algunos hombres no están de acuerdo, porque creen que la carta es para que haya pelea entre marido y mujer. Les queremos decir que eso no es verdad, la Carta de Derechos de las Mujeres, es para que ellos, los hombres, nos respeten y reconozcan nuestros derechos”.
Un año después, las mujeres continúan trabajando en sus comunidades. Hay cambios en las responsabilidades y se han nombrado nuevas dirigentes. Ahora, la organización de mujeres en la Montaña ha tenido impacto en otras regiones; la CRAC sabe que es importante que en sus comunidades participen con respeto y equidad los hombres y las mujeres.
Para consultar el artículo completo y enterarte de los testimonios de lucha de las mujeres indígenas de la Montaña de Guerrero, ingresa a desinformémonos: Las mujeres en La Montaña de Guerrero: el otro brazo de la justicia comunitaria.