Este documento nace del contacto de las y los defensores del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez con cuatro luchas de los pueblos en Tila, Chiapas; Magdalena Teitipac, Oaxaca; Magdalena Contreras, Distrito Federal; y Cherán, Michoacán. Es el resultado principalmente de pláticas y talleres desarrollados en 2013 con grupos de mujeres, en los que ellas compartieron su experiencia en la defensa de la tierra y el territorio.

Así, el presente informe pretende compartir la voz de muchas mujeres, indígenas y no indígenas, campesinas y urbanas, que decidieron luchar para defender su territorio. Desde sus historias y contextos, se busca mostrar las diferentes maneras en que han experimentado el despojo y cómo, desde sus miradas y saberes, han decidido actuar, articularse, tejer resistencia y modificar su realidad.

Queremos reivindicar la organización que se construye desde las mujeres y en los diversos espacios de lucha por la defensa del patrimonio y de la vida comunitaria.

Para las mujeres, defender la tierra y el territorio representa participar en una lucha antisistémica y antipatriarcal desde una visión comunitaria. El proceso se vincula con asegurar la permanencia de su cultura y con garantizar una soberanía alimentaria, ya que su papel comunitario muchas veces está vinculado profundamente con la conservación del medio ambiente y la sociedad, a través de la reproducción de prácticas culturales relacionadas con el cuidado de la salud, la educación y la alimentación. Estas actividades combaten, a corto y largo plazo, la pobreza y el despojo.

Ellas siempre han estado presentes, permanecen y permanecerán en la lucha por la reivindicación de sus derechos, que en realidad no son sólo suyos, sino de todas y todos.