Las mujeres denunciantes esperan que su caso siente un precedente para avanzar hacia un país libre de tortura. En particular, a través de la campaña nacional que fundaron en 2014, las mujeres se han solidarizado con otras sobrevivientes para Romper el Silencio contra el uso de la tortura sexual a mujeres.
Durante esta década, organismos internacionales y relatores se han pronunciado sobre la tortura en México. Recordemos el reciente informe del Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, Juan E. Méndez, quien enfatizó que la tortura es una práctica generalizada en el país. En este contexto también se pronunció sobre la tortura sexual:
“Preocupa al Relator Especial el uso de la violencia sexual como forma de tortura, principalmente respecto a mujeres detenidas. La tortura sexual incluye desnudez forzada, insultos y humillaciones verbales, manoseos en los senos y genitales, introducción de objetos en genitales y violación sexual reiterada y por varias personas. La mayoría de estos casos no han sido investigados ni sancionados, o bien han sido calificados como conductas de menor gravedad, y presentan retos particulares para las víctimas, quienes son frecuentemente revictimizadas cuando presentan denuncias o se someten a exámenes médicos”.
Es importante recordar que el caso se mantiene en la impunidad. Si bien un grupo de policías, peritos y ministerios públicos han sido vinculados a proceso penal, las autoridades estatales, han evitado investigar la responsabilidad por cadena de mando.
De la misma forma, resalta que a diez años de ocurridos los hechos, ni el gobierno estatal, ni el federal, han establecido las medidas de carácter legislativo y de políticas públicas que eviten que los hechos de graves violaciones se vuelvan a repetir.
En este contexto, difundimos el siguiente interactivo que sintetiza los 10 años de lucha de las mujeres denunciantes de tortura sexual en Atenco. Haz clic aquí.