El 15 de enero de 2023, el líder comunitario Antonio Díaz Valencia y el abogado Ricardo Lagunes Gasca acudieron a una asamblea municipal de Aquila, en Michoacán, donde se dirimían cuestiones relacionadas con la explotación minera de la empresa Ternium. Al terminar, Ricardo y Antonio desaparecieron en los límites entre Colima y Michoacán; su camioneta fue encontrada con disparos de arma de fuego. Desde entonces y hasta la fecha no se tiene información del paradero de los dos defensores.

Este 15 de enero se cumplió un año de la desaparición de los defensores de derechos humanos Ricardo Lagunes y Antonio Díaz. Tras llegar a esta tortuosa fecha, la familia Lagunes Gasca ha expresado que han padecido un gran dolor, pero se mantienen con inmensa fuerza y dignidad para exigir al Estado búsqueda e inmediata localización. Como las y los familiares indican: “Seguimos caminando de la mano, destrozados/as, pero no derrotados/as, tocando todas y cada una de las puertas que nuestra capacidad logra. Los que somos hoy no somos los/as mismos/as que éramos antes de esta cruel desaparición”.

Publicado originalmente el día 17 de enero del 2024, en «La lucha cotidiana de los derechos humanos».

El 15 de enero de 2023, el líder comunitario Antonio Díaz Valencia y el abogado Ricardo Lagunes Gasca habían viajado para estar presentes en  una asamblea municipal de Aquila, en Michoacán, donde se dirimían cuestiones relacionadas con la explotación minera que en esa zona del país realiza la empresa Ternium. Al terminar, Ricardo y Antonio subieron a su camioneta para volver a casa, pero desaparecieron en los límites entre los estados de Colima y Michoacán. El vehículo fue encontrado con disparos de arma de fuego. Desde entonces y hasta la fecha no se tiene información del paradero de los dos defensores.

A lo largo de todo este año, las familias de ambos se movilizaron para denunciar lo sucedido; de inmediato la Oficina del Alto Comisionado en Naciones Unidas se pronunció para llamar a las autoridades a adoptar con urgencia todas las medidas necesarias para cumplir con su deber de buscar con vida a los defensores y el 26 de enero la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó medidas cautelares.

De acuerdo con la organización Idheas Litigio Estratégico de Derechos Humanos A. C., que representa el caso, se abrieron tres carpetas de investigación paralelas: una en la fiscalía del estado de Colima, una en Michoacán y otra en la Fiscalía General de la República (FGR). Además, intervino infructuosamente la Comisión Nacional de Búsqueda. Debido a esto se ha evidenciado la falta de coordinación en las tres, e incluso han advertido situaciones de corrupción y falta de protección de testigos clave. Hay dos personas que hasta el momento han sido detenidas y vinculadas a proceso por su presunta participación en la desaparición, pero  aún no han dado información útil para conocer el paradero de Ricardo y Antonio.

Y si bien los familiares refieren que a lo largo de este año han sido recibidos por autoridades de alto nivel —incluso con el anterior Subsecretario de Derechos Humanos y la ex Comisionada de Búsqueda, la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, titulares de Guardia Nacional y Secretaría de Marina— ninguna de las acciones ha sido suficiente y no se ha implementado un plan de búsqueda integral que dé resultados significativos.

“Las comisiones de búsqueda y las fiscalías especializadas, tanto federales como estatales, quedan en descoordinación, incluso en rivalidad, ya sea por intereses partidistas, económicos; por ineptitud, falta de recursos o el nivel de peligrosidad que implican estas búsquedas e investigaciones. No cumplen con el objetivo que más nos importa: recuperar a nuestros seres queridos”, dijo Ana Lucía Lagunes, hermana de Ricardo, tras leer públicamente una carta elaborada por la familia Lagunes Gasca para medios de comunicación.

La familia también indica que recientemente se dio el hallazgo de una fosa clandestina con alrededor de 90 cuerpos en el estado de Colima. Si bien no existe certeza que en ella pudieran encontrarse los restos de los defensores, el procesamiento de este hallazgo es esencial; no obstante, las autoridades han fallado en el avance de los procesos de identificación de los cuerpos para descartar la posibilidad. Este es un ejemplo más de uno de los grandes pendientes para revertir la crisis de desaparición que padecen actualmente  miles de familias: el rezago forense.

Para continuar con las demandas y hacer un llamado de acompañamiento y solidaridad a más personas, la familia Lagunes Gasca ha realizado una serie de acciones como una manifestación pacífica a las puertas del Palacio Nacional, para exigir al Gobierno Federal que les reciba, nombre y ordene acciones concretas en favor de la localización de los defensores; sin dejar de exigir que los indolentes gobiernos de Colima y Michoacán cumplan también con lo que les corresponde. Sumaron, además a una acción global, para compartir con organizaciones personas de todo el mundo el caso; además se han acercado con distintos medios de comunicación y colectivos de búsqueda de todo el país.

“Nuestra esperanza se alimenta del ejemplo de todas aquellas personas, colectivos, pueblos, que reivindican cada día en discurso y práctica el cuidado de la vida, los cuerpos y los territorios. Es posible la transformación, solo si hay verdad desde la raíz y con todas las personas que nos están faltando”, añadió Ana Lucía.

El llamado de la familia Lagunes Gasca es claro: acompañar su reclamo es manifestarnos también por todas las personas desaparecidas y en contra del contexto de violencia en México. Para ellas y ellos, como para tantas familias en el país, es fundamental compartir un mensaje de vida, mantener una luz de esperanza y continuar con paso firme en cada una de las acciones de exigencia y visibilización hasta encontrar a Ricardo y Antonio. Hasta encontrarles a todas y a todos.