Por primera vez, en un ejercicio de memoria y exigencia de justicia y reparación, nuevas tecnologías de investigación visual han permitido reconstruir digitalmente cómo se desarrollaban los «vuelos de la muerte», ese mecanismo de la Guerra Sucia con la cual el ejército mexicano desaparecía en el mar de Acapulco a personas consideradas disidentes políticos.
ara hacer memoria respecto de una de las prácticas más cruentas de violencia de Estado durante la “Guerra Sucia”, la oficina de Investigaciones Visuales “SITU Research” de Nueva York y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), reconstruimos visualmente los llamados “Vuelos de la Muerte”. Desde hace algunos días, el video está disponible aquí.
Publicado originalmente el día 3 de abril del 2024, en «La lucha cotidiana de los derechos humanos».
El proyecto, presentado en el marco del Día Internacional del Derecho a la Verdad, utiliza nuevas tecnologías de investigación visual para reconstruir digitalmente, por primera vez, cómo se desarrollaban los “Vuelos de la Muerte”. Como es sabido, con esta denominación se alude al programa llevado adelante por integrantes del Ejército Mexicano que transportaban a la Base Aérea Militar de Pie de la Cuesta en Acapulco, Guerrero, a personas consideradas como disidentes políticas para, posteriormente, ejecutarlas arbitrariamente y arrojar sus cuerpos al mar durante vuelos realizados en horarios nocturnos desde instalaciones militares, manteniendo así a las víctimas en situación de desaparición forzada.
La reconstrucción se realizó con base en una investigación militar que se reveló en 2002 -la cual no llegó a juicio, dadas las deficiencias estructurales del llamado fuero militar-. Esta indagatoria incluye numerosos testimonios de elementos castrenses, servidores públicos que describieron cómo se realizaba esta práctica y cómo participaron en ésta. Adicionalmente, esta reconstrucción visual también utiliza archivos obtenidos durante años por víctimas y académicos, imágenes satelitales de la época recientemente obtenidas, así como información de múltiples reportajes y trabajos periodísticos que se han hecho públicos durante años. Así, por primera vez se ha reconstruido visualmente una historia dolorosa de la que ya se tenía parcial conocimiento por archivos, testimonios de sobrevivientes y acuciosas crónicas periodísticas.
Siguiendo el rastro de Alicia de los Ríos -una joven militante desaparecida forzadamente en 1978- el proyecto muestra distintas fases de esta terrible práctica, consentida por las autoridades civiles y la siniestra Dirección Federal de Seguridad, incluyendo el traslado de las víctimas a la Base Aérea Militar de Pie de la Cuesta, el lugar donde permanecían detenidas, la práctica de ejecuciones arbitrarias e incluso los vuelos, visualizados por medio de un modelo en 3D de la aeronave empleada para este deleznable fin. El involucramiento de la familia De los Ríos, por medio de Alicia hija, ha sido parte central de esta reconstrucción y es un recordatorio permanente de que las víctimas del período no son cifras, sino personas con historias y vínculos cuyo paradero sigue siendo buscado incansablemente por sus seres queridos.
El proyecto realizado por SITU Research y el Centro Prodh muestra cómo las tecnologías ofrecen formas innovadoras para investigar violaciones a derechos humanos, confirmando así que las plataformas digitales pueden complementar los informes escritos, mucho más frecuentes aún en este campo. En ese sentido, este proyecto hace eco y da continuidad a iniciativas similares realizadas con anterioridad respecto de otros casos, como la colaboración del Centro Prodh con Forensic Architecture en el caso Ayotzinapa, que sin duda sigue siendo la más completa reconstrucción disponible de la triste noche de Iguala.
El proyecto también es un recordatorio de que el Ejército mexicano no ha reconocido esta práctica y además ha negado el acceso a sus archivos, manteniendo “encuartelados” documentos clave mencionados por testigos; por ejemplo, un posible registro de los nombres de las víctimas y otros registros de los vuelos, evidencia que de recuperarse contribuiría a conocer la identidad y el último paradero de las víctimas.
Cabe mencionar que el Mecanismo para el Acceso a la Verdad y el Esclarecimiento Histórico (MEH), creado en 2021 por decreto presidencial para investigar la “Guerra Sucia”, ha denunciado que la opacidad militar continúa en el presente. Por ello, este proyecto busca contribuir al llamado que han realizado el MEH y las víctimas respecto a que “Sin Archivos No Hay Verdad”.
Este llamado adquiere hoy una especial relevancia dado el creciente protagonismo militar en la vida pública del país. El Ejército Mexicano aún le debe a las víctimas y a la sociedad verdad; en tanto no se reconozca este pasado, es justificado que existan temores sobre los riesgos que el creciente poder militar genera en el presente. Relativizar estos temores aduciendo que el Ejército “ha cambiado” y que los militares perpetradores de atrocidades en la llamada Guerra Sucia “sólo cumplieron órdenes de civiles” es insuficiente y la propia realidad evidencia la fragilidad de esta posición.
Si el Ejército sólo cumplió órdenes de civiles en esa época, ¿por qué no ha reconocido las violaciones a derechos humanos y transparentado sus archivos, por qué nunca se concluyó un juzgamiento efectivo sobre los hechos y por qué los militares implicados siguieron ascendiendo el escalafón castrense? Si la subordinación del poder militar al poder civil es plena porque el estamento castrense “ya cambió”, ¿por qué el Ejército sigue desobedeciendo las órdenes presidenciales que le obligan a colaborar con el esclarecimiento de la ‘Guerra Sucia’ -y de Ayotzinapa, desde luego, caso en que la Secretaría de la Defensa Nacional aún hoy oculta folios de inteligencia-? Lo cierto es que, en tanto no se acredite con hechos que se ha revertido la propensión militar a encubrir violaciones a derechos humanos, las inquietudes que genera el creciente poder militar serán plenamente legítimas.
Frente al encubrimiento verde olivo, previsiblemente seguirán los esfuerzos de quienes empujan iniciativas para que prevalezca la memoria en aras de construir garantías de no repetición cabales. El esfuerzo de reconstruir digitalmente los “Vuelos de la Muerte” es ejemplo de ello.