AUTOR: Héctor Briseño
FUENTE: La Jornada FECHA:12 de Agosto de 2016
El director del Centro de Defensa de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan Abel Barrera Hernández afirmó que la corrupción no cesa en el estado de Guerrero desde hace tres sexenios. Este jueves en la presentación del índice de paz realizadopor el organismo no gubernamental Institute for Economics and Peace Instituto para Economía y Paz en la Universidad Loyola de Acapulco, Barrera Hernández reprochó que «en el gobierno estatal no se ha desarmado la estructura de la corrupción. Hay un continuo velo de impunidad».
En cuanto al índice de paz del Institute for Economics and Peace el estudio determinó que Guerrero ocupa el sitio 32 como la entidad menos pacífica de México por los homicidios y delitos con arma de fuego ahí perpetrados y la poca eficiencia del sistema judicial.
La representante de la organización Patricia de Obeso señaló que Guerrero es el estado más violento del país seguido por Sinaloa, Morelos y Baja California. Indicó que durante 2015 Guerrero tuvo la tasa más alta de homicidio en México 54.5 homicidios por cada 100 mil habitantes lo que representa una mejora respecto al punto máximo de 66 durante 2012, sin embargo la tasa del año pasado es tres veces mayor que la registrada en 2004. Por su parte Abel Barrera reclamó que el campesino de Atoyac de Álvarez Rosendo Ranilla Pacheco no ha sido encontrado desde hace casi 40 años y tampoco los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos el 26 y 27 de septiembre de 2014.
Señaló que los problemas de inseguridad e impartición de justicia son «una responsabilidad de Estado y no de partido, ademas de que las causas estructurales que originan la impunidad siguen dañando a la sociedad. Hay indolencia de la autoridad».
De acuerdo con Abel Barrera en los pasados 20 años han sido implementadas políticas de militarización en el país ante lo cual los defensores de derechos humanos siempre están en riesgo. Asimismo cuestionó la denominada «proximidad» de la Gendarmería Federal y criticó que «la seguridad no está pensada en los ciudadanos, está planeada para mantener los cotos de poder, blindar a la autoridad a no tocarla».