MEDIO: El Universal
TIPO: Periódico
AUTORÍA: Katia D’Artigues
FECHA: 15 de enero de 2016
A finales del año pasado, en Colombia, se liberó a un ex coronel que había estado preso desde hacía 8 años y medio, acusado y sentenciado por la desaparición de dos personas en un episodio terrible, sangriento, que marca la historia de ese país desde hace ya 30 años. Me refiero a la retoma del Palacio de Justicia en Bogotá, donde murieron 98 personas y desaparecieron 11 (tres de ellas fueron encontradas, apenas, el año pasado: una de ellas, los restos de Lucy Amparo Oviedo, empleada de la cafetería, en dos cajas embaladas en la Fiscalía General de la Nación).
Este hombre se llama Luis Alfonso Plazas Vega y en los últimos días ha dado entrevistas en México, donde acusa abiertamente a Ángela Buitrago, una integrante del Grupo de Expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (que ayuda al Estado mexicano a tratar de esclarecer lo ocurrido en Ayotzinapa) de fabricar pruebas con dolo para meterlo a la cárcel cuando ella fue fiscal de Colombia.
Gravísimo, de ser verdad. ¿Cómo sería posible, entonces, que el gobierno mexicano recibiera el apoyo de una mujer que fabricó pruebas para esclarecer uno de los más sensibles e indignantes episodios de violaciones a derechos humanos en México?
Le hablé a Roberto Campa, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación para saber qué opinaba al respecto. Lo cito:
-El trabajo de Ángela es comprometido y serio, sin duda. Trabaja en dos ejes de manera muy cercana con nosotros y con la PGR, que te lo podría confirmar también. Sobre todo en las tareas de búsqueda (de los 43 muchachos desaparecidos) y también con la Policía Federal.
Las declaraciones de Plazas Vega y su esposa, la actual senadora Thania Vega, contra Buitrago no son nuevas. Tienen al menos 10 años, pero sus raíces están en lo que sucedió el 6 y 7 de noviembre de 1985, cuando 35 guerrilleros del M-19 tomaron el Palacio de Justicia de Bogotá. Además de los muertos y los desaparecidos, en esas 28 horas de horror se quemaron unos 6 mil expedientes que lo mismo ayudarían a narcos a ser extraditados a Estados Unidos que acusarían a militares de violaciones a derechos humanos.
Distó mucho de ser una operación quirúrgica. De hecho, a Plazas Vega aún se le podrían abrir -según el actual fiscal de Colombia, Luis Eduardo Montealegre- cargos por uso excesivo de la fuerza. Como dato: se calcula que fueron mil soldados comandados, entre otros, por este coronel con armamento pesado, explosivos, francotiradores y helicópteros a «retomar» -aunque algunos dicen destruir- el Palacio mientras en la televisión -cosa rara- se pasaba un partido de futbol. Tanto una Comisión de la Verdad colombiana como la CIDH aseguran que los militares no trataron ese día de salvar vidas.
El dilema estriba, sí, en un hecho. Que aunque esto sucedió en 1985, fue hasta 2007 -veintidós años después- que un testigo clave declaró contra Plazas Vega, señalándolo como responsable de desaparición de personas. Fue cuando Ángela Buitrago, como fiscal, se atrevió a reabrir el expediente de la retoma de Palacio (Plazas Vega había seguido con su carrera, incluso dirigió los esfuerzos antinarcóticos con Álvaro Uribe). El nombre de este testigo clave es el cabo Édgar Villamizar Espinel, quien cuatro años después negó haber declarado eso frente al actual procurador (cercano a Plazas Vega, a quien fue a visitar el primer día tras su salida de la cárcel) … y murió en 2015.
El 16 de diciembre pasado, la Corte Suprema, por cinco votos a favor y tres en contra, liberó a Plazas Vega por in dubio pro reo, es decir, por duda razonable. Había sido declarado culpable el 9 de junio de 2010 por la juez María Stela Jara, quien luego fue amenazada y se exilió en Alemania; cargo que fue ratificado el 20 de enero de 2012 por el Tribunal Superior de Bogotá.
Verdad. Justicia. Qué palabras tan difíciles de alcanzar, aprehender; más, conforme pasan tantos años.
Me recuerda una cita de la misma Buitrago sobre Ayotzinapa, donde recalcaba la importancia de una investigación imparcial y a tiempo: «La verdad sólo se consigue a través del diálogo, no de la confrontación. Pero también es cierto que la verdad huye con el tiempo que pasa».
Ojalá nos viéramos en este espejo.
Pero aquí no termina todo. En la edición online le comento la hipótesis de Plazas Vega de un complot contra los Ejércitos latinoamericanos, los «agradecimientos» a Javier Duarte, y por dónde van las alianzas del PRD-PAN.