SinEmbargo

MEDIO: SinEmbargo.mx

TIPO: Blog de noticias

AUTORÍA: Shaila Rosagel

FECHA: 15 de diciembre de 2015

 

  • Los hallazgos de fosas clandestinas en México no cesaron durante 2015, sino todo lo contrario: más restos y muchos entierros clandestinos se sumaron al recuento que data desde 2006.

Ciudad de México, 15 de diciembre (SinEmbargo).– En la búsqueda de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, este año aparecieron sin cesar cientos de fosas clandestinas con restos humanos. De Norte a Sur, cientos de fragmentos humanos salieron de las entrañas de la tierra.

Desde los primeros meses de 2015 empezaron a surgir hallazgos en distintos estados del país. Los restos y los cadáveres en avanzado proceso de descomposición, fueron una constante durante todo el año, no solo en Guerrero, sino en otras entidades como Veracruz y Morelos.

Para el cierre del año pasado, Ana Lorena Delgadillo, directora de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, dijo a SinEmbargo que el caso de los estudiantes normalistas desaparecidos en Iguala, en septiembre de 2014, significó el culmen de un fenómeno que se ha estado registrando por años en el país pero que, en este caso, habría causado mayor indignación porque las víctimas son estudiantes y, sobre todo, porque los perpetradores son policías, hecho que dejó al desnudo la participación del Estado en la violencia que se ha querido atribuir exclusivamente a los cárteles del narcotráfico.

“Este caso representa un caso máximo de violencia estatal, del involucramiento diario de los policías en los casos de desaparición, de todo el esquema de criminalidad vinculado con el Gobierno”, dijo a este medio digital.

Santiago Aguirre Espinosa, subdirector del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), pidió a las autoridades ir a fondo en la investigación de cómo se generó el contexto que hizo posible la desaparición de los 43 normalistas y la muerte de más de 104 personas encontradas en fosas de Iguala, en Guerrero.

En mayo de este año, expertos en seguridad advirtieron que hasta que no hubiera un esfuerzo para investigar y castigar a los culpables de las desapariciones en Guerrero, no se puede decir que hay mejoría.

La desaparición masiva de entre 15 y 30 personas en Chilapa ese mes, el hallazgo de decenas de fosas con cadáveres sin identificar y la inseguridad desatada durante el proceso electoral, son focos rojos que hablan de una estrategia gubernamental en materia de seguridad que no está clara y sobre todo, que carece de resultados visibles y favorables.

“No sabemos a dónde va la estrategia de [Enrique] Peña Nieto con el nuevo Congreso. Quizás el Gobierno está recalibrando su estrategia, pero todavía no hemos visto resultados. Ahora es difícil saber, porque es época electoral y todo está en pausa. Es una lástima, porque la situación es grave, vamos a ver después”, dijo entonces Mary Speck, directora para México y América Central del International Crisis Group, una Organización No Gubernamental (ONG) y sin fines de lucro que busca ayudar en la prevención y solución de conflictos en más de 50 países.
Speck recordó que a raíz de la desaparición de los normalistas, se realizó el hallazgo de varias fosas clandestinas con decenas de cuerpos. De esos cadáveres, sólo un puñado ha sido identificado.

“Según los familiares han descubierto más de 60 restos de seres humanos y solo han identificado un puñado. Sólo tres. ¿Quiénes son esas personas? De los restos que se encontraron en Iguala, no sabemos si son hombres , mujeres, niños, adultos, cosas que se deben conocerse rápido. Es urgente tener respuesta no sólo al crimen de los normalistas, sino a los otros desparecidos en Iguala”, indicó.