MEDIO: IMER (107.9 FM)
TIPO: Radio
PROGRAMA: Antena Radio Express (Vespertino)
CONDUCCIÓN: Patricia Betaza
FECHA: 14 de abril de 2015
Patricia Betaza, conductora: Son muchos los casos de procesos irregulares a los que mujeres indígenas son sometidas una vez que se les ha imputado un delito. En algunas situaciones estas mujeres pasan años tras las rejas antes de que se pueda comprobar su inocencia.
A continuación le presento este trabajo especial.
Insert de Luis Arriaga Valenzuela, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez: «… Finalmente, después de más de tres años de permanecer injustamente en prisión fue liberada Jacinta Francisco Marcial, mujer del pueblo de nañú, acusada falsamente de haber secuestrado a elementos de la desaparecida Agencia Federal de Investigación».
Ana María Muñoz, reportera: Así anunció Luis Arriaga Valenzuela, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, la liberación del Jacinta Francisco el 17 de noviembre de 2009; una de las tres mujeres indígenas arrestadas en marzo de 2006 por haber secuestrado presuntamente a seis agentes federales que participaron en un operativo contra la venta de productos pirata en Santiago Mexquititlán, Querétaro.
Jacinta Francisco Marcial, Teresa González y Alberta Alcántara fueron parte de un proceso irregular en el que no estuvo presente ningún intérprete de lengua otomí que apoyara su declaración. La sentencia fue contundente al dictaminarles 21 años de prisión; sin embargo, años más tarde, fueron liberadas al no existir pruebas en su contra.
El Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa condenó en 2014 a la Procuraduría General de la República a indemnizar y reconocer públicamente la inocencia de Jacinta Francisco Marcial, madre de seis hijos con un reparo moral y económico, el cual hasta el momento no ha sido efectuado.
Ese mismo año de 2006, en el municipio de Ayutla de los Libres, Guerrero, la joven indígena Adriana Manzanares -de entonces 19 años- fue acusada de homicidio en grado de parentesco, luego de sufrir un aborto involuntario en su hogar. Adriana fue condenada a pasar 22 años en prisión, hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación le exoneró del delito, luego de permanecer siete años recluida.
Estos son algunos casos de mujeres indígenas que han enfrentado procesos irregulares en los que se violaron sus derechos.
De acuerdo con la estadística del Sistema Penitenciario Nacional de 2014, la población penitenciaria en el país es de 257 mil 807 personas presas, de las que 13 mil 210 son mujeres.
En este contexto, Eliud García Olivares (sic), abogado del Area de Defensa del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, precisó que el número de mujeres indígenas presas actualmente en el país, es de 290; y agregó:
Insert de Eliud Tapia Olivares, del área de Defensa Integral del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez: «… pero en específico yo creo que la principal violación contra mujeres indígenas es a su derecho a acceder a un intérprete y a no ser discriminadas por el grupo indígena al que pertenecen. En el caso de Jacinta, por ejemplo, a ella se le prohibió hablar en otomí dentro del penal de San José el Alto, Querétaro».
Racismo estructural, criminalización de la pobreza, violación a las garantías individuales, genealogías de exclusión y violencia, son algunas de las características que definen la impartición y el acceso a la justicia de mujeres indígenas en el país, según la doctora Rosalba Aída Hernández, profesora investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, CIESAS, quien se ha encargado del estudio de los sistemas de justicia mujeres a indígenas presas, resultados que han quedado plasmados en el Taller Historias de Vida.
Dicho proyecto encierra los testimonios de mujeres indígenas recluidas en el Centro de Readaptación Social Femenil de San Miguel, Puebla, y en las sección femenil del Cereso Morelos Atlacholoaya.
Insert de testimonio plasmado en el Taller Historias de Vida: «Fue ese día en que me subieron al dormitorio. Yo me encontraba medrosa, no sabía qué hacer, miraba aquella construcción de cemento, árida, fría, de un lado dos niveles y del otro tres, unas escaleras con pasamanos me conducían a la celda. A simple vista no pude darme cuenta de cuántas celdas había.
«Subí por las escaleras y ahí estabas tú, querida amiga, que me mirabas dulcemente. Recuerdo claramente cuando me dijiste: ‘No te preocupes, un día tú también vas a poder abandonar este lugar’. Descubrí como tú la magia de sentirme libre, entre las rejas».
El abogado del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez concluyó:
Insert de Eliud Tapia Olivares: «… de lo que vemos actualmente es un panorama difícil, yo no creería que es un panorama alentador, más bien hay que señalar, hay 290 mujeres indígenas privadas de la libertad, ya la CNDH hizo el trabajo de identificarlas. Entonces al Estado le toca revisar en cuál de esos 290 casos no hubo un intérprete en declaraciones, o sea hacer un análisis integral y ver cuáles de esas mujeres que podrían estar en libertad en este momento».