- Claudia Medina Tamariz fue detenida, incomunicada y torturada por la Marina en 2012, su caso forma parte de la campaña Stop Tortura de Amnistía Internacional.
México, DF, 30 de enero de 2015. En los próximos días Arturo Gómez Ochoa, magistrado del Tercer Tribunal Unitario de Xalapa, Veracruz tiene la posibilidad de otorgar la libertad inmediata a Claudia Medina Tamariz, sobreviviente de tortura física, sexual y psicológica por parte de elementos de la Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR).
Claudia fue torturada durante 36 horas y acusada falsamente por el delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, utilizando como única prueba el parte informativo de la Marina, el cual se relaciona estrechamente con la detención y retención ilegal, incomunicación y tortura de la que fue víctima.
En diciembre de 2014, Cándida Hernández Ojeda, jueza Tercero de Distrito, declaró infundado el incidente de libertad por desvanecimiento de datos interpuesto por su defensa. Ahora, el magistrado Gómez Ochoa deberá resolver el recurso contra la decisión de la jueza.
La defensa pide al magistrado que se tome en cuenta los argumentos de Medina Tamariz en los agravios del recurso de apelación, así como las pruebas aportadas por ésta, que respaldan su verdad. Con el fin de garantizar la plena vigencia del derecho a una justicia pronta y el respeto a la libertad personal en México, contenidos tanto en la Constitución mexicana como en los instrumentos internacionales que México ha ratificado.
A partir de la defensa asumida por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, Amnistía Internacional ha asumido el caso para sus campañas sobre tortura en México, dado su carácter paradigmático. En 2014, más de 340 mil personas en el mundo exigieron a la Procuraduría General de la República (PGR) investigar la tortura contra Claudia Medina.
Información complementaria
El 7 de agosto de 2012, Claudia Medina Tamariz, veracruzana de 34 años, fue detenida en su domicilio de manera arbitraria por elementos de la Secretaría de Marina, y luego de 36 horas de tortura física, sexual y psicológica —incluidas amenazas hacia su familia, descargas eléctricas, asfixia y vejaciones sexuales—, la obligaron a firmar una declaración auto inculpatoria; para luego ser presentada ante los medios de comunicación con una versión falsa sobre su detención y acusada de formar parte del Cártel de Jalisco Nueva Generación. Actualmente está en libertad condicional, enfrentando acusaciones falsas.
El Centro Prodh y Amnistía Internacional han exigido constantemente que los hechos se esclarezcan, para que Claudia encuentre la justicia, verdad y reparación frente a las violaciones a los derechos humanos que sufrió.
Hasta la fecha la PGR ha obstaculizado las investigaciones sobre la tortura, obviando las pruebas y peritajes que demuestran la tortura que sufrió Claudia.