Medio: Revolución 3.0
Reportero: Enrique Legorreta
Jueves, 02 de mayo de 2012
Israel Arzate permanece bajo el arraigo domiciliario después de tres años de que fuera detenido y culpado por el asesinato de 15 jóvenes en Ciudad Juárez, Chihuahua, uno de los crímenes que la violencia ha dejado y que en la zona fronteriza se recuerda con mucho dolor.
Israel tiene que vivir con el recuerdo de la tortura y violación de sus derechos humanos a manos del ejercito mexicano, quien fuera su “captor” y verdugo. Fue llevado a una base militar, recibió descargas eléctricas, golpes a su cuerpo y amenazas de muerte al ser señalado por los militares como uno de los implicados en la masacre de jóvenes en una fiesta en la colonia Villas de Salvárcar.
Esta detención ocurrió el 3 de febrero de 2010. Entonces, él se dicaba a vender discos piratas en un puesto ambulante. Al terminar de laborar y dirigirse a su casa, fue abordado por militares que lo detuvieron en plena calle para ser llevado a declarar.
La retención de Israel transcurrió durante 30 horas. En ese lapso de tiempo no fue llevado con ninguna autoridad judicial. Mientras estaba retenido, recibió tratos violentos de los militares y, para no seguir sufriendo la tortura en su contra, decidió declarase culpable de los cargos.
Para su defensa en el caso, utilizó los testimonios de sus familiares para dar fe de que él no era la persona que buscaban, además de que mostró las heridas que había sufrido por parte de los militares, cosa que importó poco a la juez que llevó su caso y que nunca accedió a tomar esos testimonios a favor de Israel. Ella lo sentenció.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) acreditó en 2011 todas las pruebas que presentara Israel, aunque las autoridades de Chihuahua tampoco investigaron los hechos en contra de él, y un año después, para su desgracia, otro juez decretó su arraigo domiciliario.
Mientras tanto, el gobernador del estado, Cesar Duarte, ha declarado que los dichos de Israel son desagradables, y que debería de estar en prisión pagando una pena de más de 200 años por ser “culpable” de la masacre, además de que mantenerlo en su casa bajo arraigo es un gasto que está cubriendo el estado, ya que se destinan 20 mil pesos diarios en la seguridad de su casa.
Para esclarecer estos hechos, Israel cuenta con el apoyo de Naciones Unidas y de Human Rights Watch (HRW), quienes han pedido que se llegue al fondo de lo que realmente pasó en el tema, y en particular con la tortura a la que fue sometido el acusado.
Mientras espera una nueva audiencia para mediados de año, el vendedor de discos se distrae con cualquier cosa, leyendo, viendo películas o cocinando, con el único fin de que llegue ese momento del verano para saber que ocurrirá con su caso.