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Reportero: Aldo Meza

Miércoles, 17 de octubre de 2012

Hugo Sánchez fue acusado a 42 años de prisión por delitos que nunca cometió; la SCJN lo absolvió de secuestro, pero sigue tras las rejas

«Cuando son víctimas pobres, lo que se hace es no investigar».

«Otra vez volvemos a la presunción de culpabilidad que opera en el sistema mexicano».

«Para nosotros nos falta alguien en casa, porque estamos acostumbrados a almorzar, comer, cenar o convivir juntos», dijo Antonio Sánchez, indígena mazahua y papá de Hugo.

Un lugar en la mesa de la familia Sánchez Ramírez ha estado vacío desde 2007. El Motivo: Hugo fue acusado de portación de arma de fuego y secuestro, delitos que nunca le fueron comprobados. Sin embargo fue sentenciado a 42 años de prisión.

«Ando pagando un delito que no cometí. Me siento mal, como mi familia. Estamos pagando un delito que nunca cometí», comentó Hugo Sánchez Ramírez, indígena mazahua desde un teléfono ubicado en el Penal de El Altiplano.

La defensa logró documentar tal cantidad de irregularidades en la detención y encarcelamiento en la detención y encarcelamiento de Hugo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación atrajo el caso.

Su nombre completo es Hugo Sánchez Ramírez. Es un indígena mazahua de 23 años, originario de San Juan del Rincón, Estado de México. Tenía 18 años cuando fue detenido. Conducía un taxi con cuatro pasajeros, cuando policía de Villa Victoria le marcaron el alto. Tras disparar contra la unidad sin causa aparente, los elementos lo detuvieron.

«En ese momento dos personas que venían en el taxi salen corriendo. Bajan a mi hijo y a los otros dos pasajeros. Los empiezan a golpear porque se dedican a la mala vida», agregó Antonio Sánchez, papá de Hugo.

Uno de los policías dijo haber encontrado armas en el coche de Hugo.

«Señala uno de ellos que él encontró las armas y las sacó y los otros dos las vieron afuera, es decir, no hay un testimonio uniforme», añadió Leopoldo Maldonado, abogado de Hugo.

Los policías de Villa Victoria llevaron a Hugo al paraje «El Espinal», un lugar solitario entre árboles.

«Aquí a este lugar lo traen a torturarlo más de una hora para que él dijeron que se dedicaba a matar y secuestrar a la gente. Mi hijo jamás acepta eso», aseveró Antonio Sánchez.

«Los policías tienen un estímulo para seguir obteniendo confesiones bajo coacción, seguir deteniendo a gente de manera arbitraria», agregó Simón Hernández, abogado de Hugo Sánchez.

Sin confesión, Hugo fue trasladado a la Presidencia Municipal de Villa Victoria. Ahí le tomaron fotografías con las supuestas armas con las que lo atraparon, así como sosteniendo unos cartones que posteriormente serían decisivos en este caso.

«Estas fotografías se las tomaron sosteniendo unos cartones hechos a manos que decían: secuestro y portación de armas y abajo el nombre de Hugo Sánchez Ramírez. Estuvieron 12 horas incomunicados en el Palacio Municipal de Villa Victoria», comentó Leopoldo Maldonado, abogado de Hugo Sánchez.

Tras pagar una fianza de ocho mil pesos, Hugo obtuvo su libertad, sin embargo, días después fue detenido ahora por el delito de secuestro, fabricado con las fotos tomadas anteriormente a Hugo con una cartulina.

«Justo cuando Hugo fue a reclamar ante las autoridades municipales por los balazos que tenía su taxi, le dicen, ven tal fecha, pero esa fue una detención bajo engaños, porque lo estaban esperando los policías», narró Leopoldo Maldonado.

El delito ahora era secuestro y era acusado por dos jóvenes víctimas de ese delito semanas atrás.

«Los judiciales sobornaron a los que declararon en contra de mi hijo, porque los obligaron a que dijeran que era Hugo Sánchez y que no se les olvidara», contó el papá de Hugo.

«En ausencia de una investigación exhaustiva y seria, yo detengo a cualquier persona, la presento ante la víctima y la víctima tiene que la reconoce», dijo Simón Hernández, abogado de Hugo Sánchez.

Durante el juicio y el careo, las víctimas se retractaron en su declaración. Esta se convierte en una irregularidad fundamental en el caso. Sin embargo, Hugo era sentenciado por el juez sexto penal de primera instancia de Toluca.

«Ya ante un juez, los menores se retractan y dicen que efectivamente fueron presionados por los policías ministeriales para reconocer a Hugo a través de las fotografías», señaló Leopoldo Maldonado.

«Cuando se careó con mi esposa, a mi esposa le dijo: Discúlpeme señora, perdóneme, no fue, a lo mejor me equivoqué. Lo repitió dos o tres ocasiones en presencia del juez», afirmó Antonio Sánchez, papá de Hugo.

Y Hugo purga así una condena acumulada de 42 años por secuestro y portación de arma de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas.

«Me siento muerto en vida, porque la mera verdad uno está privado de su libertad. Encerrado y pagando un delito que uno no cometió», concluyó Hugo desde el penal.

Sus padres nunca perdieron la esperanza y todos los días la ratificaban frente a una veladora que permaneció encendida desde la detención de su hijo.

Este miércoles, la Suprema Corte de Justicia de la Nación finalmente absolvió a Hugo del delito de secuestro.

La SCJN ordenó liberar de inmediato a Hugo Sánchez por lo que corresponde a este delito, pero queda pendiente resolver otra acusación por portación de arma de fuego.