BAJO LA LUPA |Dos gramos, por Layda Negrete

 

Menos de dos gramos pesa el resto óseo que las autoridades mexicanas enviaron a la Universidad de Innsbruck, en Austria, para su identificación. Del proceso forense resultaría un nombre: Christian Alfonso Rodriguez Telumbre. Apenas visible al ojo, este suspiro de materia es una constancia de pérdida para la familia de uno de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, en 2014. Paradójicamente, es también la plataforma desde la cual la investigación en el caso Ayotzinapa ha dado un giro para revertir su añejo fracaso. Desde hace cinco años y nueve meses, las familias de los desparecidos de Ayotzinapa han vivido a la búsqueda de la verdad. Por eso, esta certeza, a pesar de ser dolorosa, es también un triunfo. Representantes de las organizaciones civiles que han acompañado a las familias de los estudiantes explicaron el tamaño del logro en una conferencia de prensa organizada el 10 de julio (…)

Por primera vez, es posible derribar la crónica difundida por la administración de Enrique Peña Nieto denominada funestamente «La verdad histórica» (…)

Los logros que debemos hoy contar en el caso Ayotzinapa están en el reconocimiento que hace la autoridad sobre la tortura cometida en contra de detenidos. Existe la admisión también de la manipulación de evidencia en el caso, dejando obstáculos casi irreparables para dar con la verdad (…)

Es un momento de justicia. Dos gramos de verdad pueden devolver la esperanza que sepultó, tantos años, una montaña de mentiras.

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