BAJO LA LUPA | El curita, por Javier Risco

Las imágenes derrumban cualquier “avance” de la estrategia de gobierno federal y estatal en materia de seguridad, niños armados por miedo a ser asesinados o secuestrados, es la respuesta trágica de un país que tiene territorios perdidos desde hace al menos una década.

Detrás de esta necesidad de vida o muerte está la incapacidad de un estado de dar uno de los derechos fundamentales, la educación. Rincón nos cuenta cómo los menores van una o dos veces a la semana a la escuela porque los maestros se han negado a ir a sus comunidades. Los docentes son amenazados y asesinados también.

¿Cómo se olvidan comunidades de este país? ¿Cómo grupos del crimen organizado gobiernan más allá de un sexenio? ¿Cómo simulan los gobiernos locales y cómo los abandonan los gobiernos federales –todos los que pasan–? ¿Cómo quitarles las armas a esos niños?