BAJO LA LUPA | La cuenta de los que (nos) faltan, por Ximena Antillón

Desde que Felipe Calderón inició la llamada guerra contra la delincuencia organizada, la producción de cifras de personas desaparecidas, que las y los familiares han llamado “la guerra contra los números”, ha sido un campo de disputa.

El pasado lunes 6 de enero, en una conferencia de prensa convocada por la Secretaría de Gobernación, el Subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, y la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda, Karla Quintana, dieron a conocer las estadísticas actualizadas sobre personas desaparecidas, destacando el respeto a los familiares y el dolor inconmensurable que enfrentan.

El esfuerzo de la Comisión Nacional de Búsqueda por recabar la información actualizada y de aquellas fiscalías que respondieron (aún faltan varias fiscalías locales y la propia Fiscalía General de la República), nos permite empezar a dimensionar la magnitud de la crisis de desapariciones y comprender por qué la búsqueda de las personas desaparecidas y la investigación de los delitos relacionados, así como la identificación de los cuerpos recuperados en fosas clandestinas, debe ser una prioridad nacional.