Bajo la lupa, La edición de hoy, Uncategorized — febrero 19, 2019 at 7:20 am

BAJO LA LUPA | Regresiones jurídicas y uso de la fuerza política, por Magdalena Gómez

Hoy tenemos un ambiente de polarización y confrontación abierta, tratándose de la relación del Presidente de la República con los pueblos indígenas, cuyos territorios están amenazados por megaproyectos.

Desde Palacio Nacional ha dicho que todo lo va a consultar, pretendiendo denotar una actitud democrática. Sin dar cuenta de que el tema de la consulta indígena está sujeto a estándares internacionales y es parte de la resistencia de los pueblos frente al extractivismo y los megaproyectos. En lugar de ello, se ha optado por organizar consultas populares, figura asentada en el artículo 35 constitucional, al cual tampoco se apegan tales ejercicios, pues tiene otra naturaleza jurídica, otro procedimiento y ante todo debe coincidir con alguna elección federal y ser organizada por el Instituto Nacional Electoral.

Estamos viviendo una virtual regresión ante el derecho indígena, ya no sólo en la flagrante violación al muy precario derecho a la consulta, sino a la columna vertebral que es el concepto de pueblos indígenas. Hoy se ha decidido que la consulta al pueblo en general es la vía idónea para aprobar megaproyectos que afectan directamente a los pueblos indígenas o a comunidades equiparables en contravención al convenio referido, al artículo 2 constitucional y la Declaración de la ONU sobre Pueblos Indígenas, que amplía con el derecho al consentimiento, sin dejar fuera la declaración americana sobre estos derechos.

El 10 de febrero, como ya es co­mún, el Presidente inició su discurso enumerando los apoyos y las becas que ofrece su gobierno, para en seguida abordar su propuesta de consulta. La oposición al PIM se mantendrá, y no es suficiente con el compromiso reiterado de que no reprimirá al pueblo; qué bien que no lo ordene y, sin embargo, el despojo y daño ambiental dónde queda ubicado, ¿no es una forma de represión? Se está avanzando con los megaproyectos, fomentando el aislamiento de los pueblos indígenas, en la confianza del respaldo popular. Me pregunto: ¿estamos ante un uso desproporcionado de la fuerza política?