Bajo la lupa, La edición de hoy, Uncategorized — mayo 14, 2018 at 7:20 am

BAJO LA LUPA | Madres, por Roberto Zamarripa

Lo que la impunidad impone es el temor para indagar. Quien husmee causas, quien indague razones, quien excave fosas con sus palas propias lo hace porque es cómplice. Y lo sostienen los victimarios y sus asociados. Mejor ni reclame porque le va peor.

Por eso la resistencia a ese entronizamiento de la impunidad es loable y agradecible. Los reclamos de familiares de desaparecidos, encabezados por las madres, han sido de enorme valía para doblegar una cultura de simulación y de cinismo.

Parecen interminables y sin ruta las manifestaciones de las madres de desaparecidos. Es insultante el desprecio en oficinas, es reprobable el ninguneo oficial, es aberrante el olvido de los burócratas. Y ellas siguen. Ellas coleccionan enfermedades y desgastes; destrozos en los núcleos familiares; innumerables llamados a desistir. Y siguen.

Marcharon este 10 de mayo para recordarnos el valor de la vida. Y ahora que en distintas ciudades también miles de muchachos comparten sus mensajes de indignación y empuje en las redes sociales y también se manifiestan, las madres han visto germinar la semilla. Muchachas y muchachos angustiados y temerosos por su día siguiente, hacen un contrapeso a las tentaciones de venganza y a la reproducción del mismo poder de impunidad. Han visibilizado su dolor. Los candidatos a la Presidencia han tenido que entender, sí o sí, que no puede gobernarse este país dejando ese expediente en el olvido. Y la cauda de solidaridad es extendida.

Parece poco pero es mucho en estas dos décadas atosigantes y negras. La fuerza de amor y solidaridad con las que esas manifestaciones interpelan no son mera compañía o simple testimonio. Fortalecen los cimientos que las madres y muchos más han colocado para revertir las condiciones de sumisión que ha impuesto el reino de la impunidad y el crimen. Su batalla sana al país de la gangrena.

Llevamos ya dos décadas de impunidad y aniquilación; y ese sistema de poder ha entrado en crisis. Es insostenible. Remecerlo, confrontarlo, contrastarlo, diluirlo es una causa en que las madres de los desaparecidos, y muchos familiares y amigos más, están empeñadas.

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