Bajo la lupa, La edición de hoy, Uncategorized — agosto 7, 2017 at 7:20 am

Personas en prisión en México: más pobres que peligrosas| Marissa Hubert y Corina del Carmen Arriola en El Universal

¡Ahí está el detalle!

En las últimas semanas, las autoridades iniciaron una campaña de desprestigio del sistema de justicia penal, así como de estigmatización sistemática hacia las personas privadas de la libertad con el único fin de fomentar miedo y eludir responsabilidades. Su ecuación es sencilla: Las cárceles son un nido de delincuencia y personas desadaptadas y violentas. Las paredes de las prisiones serían entonces lo único que nos protege de ellas, por lo que se dice que los ataques al debido proceso y la dignidad humana son un precio mínimo que pagar por la seguridad de la ciudadanía.

La semana pasada se publicó la primera Encuesta Nacional a Población Privada de Libertad (Enpol), innovación de la Ley Nacional de Ejecución Penal que tiene el fin generar información estadística sobre las características de la población penitenciaria y sus condiciones de procesamiento e internamiento.
La encuesta deja ver que en la cárcel, más que delincuentes de alta peligrosidad, hay personas de bajos recursos que vienen de contextos precarizados y que están ahí, no por delitos violentos, sino por robo, y, sin embargo, a pesar de que no representan un riesgo comprobable a la sociedad, están en prisión, expuestas a la violencia y la muerte.

El sistema penitenciario es el último eslabón de una cadena de violencia institucional que impacta de forma desproporcionada a los grupos más vulnerables. Para detener esta fábrica de violencia y muerte, necesitamos un sistema de ejecución que promueva un modelo de prisión con ley, y un Poder Judicial que tome sus responsabilidades en el asunto.

*Lea el artículo completo en El Universal