Bajo la lupa, La edición de hoy — enero 24, 2017 at 8:20 am

Los militarismos se alinean | Catalina Pérez Correa en El Universal

¡Ahí está el detalle!

Muro en la frontera entre EU y México | AP

Tump ha construido buena parte de su discurso político en torno a la necesidad de defender a los Estados Unidos de un amenazante «Otro». China y México aparecen en sus discursos una y otra vez como los principales enemigos de los estadounidenses por afectar sus intereses comerciales. Los mexicanos además somos señalados como un riesgo particularmente grave. «Nos traen drogas Nos traen crimen. Nos traen violadores» dijo el ahora presidente en 2015. El fortalecimiento del Ejército norteamericano para lograr la defensa de la Seguridad Nacional se anuncia como uno de los puntos nodales de la nueva administración y como mancuerna de la guerra comercial que ya tuvo a la industria automotriz mexicana como su primer objetivo. «La administración de Trump está comprometida con una Política Exterior centrada en los intereses americanos y la Seguridad Nacional de América» se puede leer en la página de la Presidencia de Estados Unidos. Y agrega «Vamos a reconstruir al Ejército Americano porque nuestra dominación militar debe ser incuestionable».

Hace ya años que el Estado México usa a las Fuerzas Armadas para detener las drogas ilícitas que viajan por nuestro territorio hacia la frontera norte. Con ello retenemos y dispersamos esas drogas en el territorio nacional de forma que hay más en el país. En contraste, escasos recursos se usan para detener la entrada a México de armas compradas de forma legal o ilegal en Estados Unidos para enfrentar abiertamente a las instituciones de seguridad mexicanas y que alimentan la violencia homicida que ha reducido la expectativa promedio de vida entre mexicanos. ¿Por qué no está nuestro Ejército protegiendo nuestra frontera de la armas que entran desde el norte bajo la anuencia de los vendedores de armas norteamericanos (y en ocasiones del gobierno, no olvidemos «Receptor Abierto» y «Rápido y Fu rioso»)? Detener el flujo de armas de norte a sur sería defendemos a nosotros. Lo que hoy hace nuestro gobiemo pretendiendo detener el flujo de drogas de sur a norte, a plomo y sangre, es defender los intereses de otros, no los de nuestros ciudadanos.

*Lea el artículo completo en El Universal.