Las puestas en escena de este gobierno, fiel a su origen priista, están cargadas de símbolos misteriosos que solo entre ellos entienden.
Frente al último informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes intento descifrar, sin éxito, algunas de estas actuaciones.
Después del evento del domingo, las reacciones de los funcionarios del gobierno fueron todas en el mismo sentido. Poca sustancia, mucho agradecimiento. A pesar de que el documento Ayotzinapa II es una durísima condena a la investigación oficial, hasta el presidente Peña salió a dar las gracias, vamos a leer su informe, muchas gracias, pero ya váyanse.
La primera respuesta de importancia de la institución fue la conferencia del miércoles de Tomás Zerón, director de la Agencia de Investigación Criminal, señalado por el GIEI por haber realizado una diligencia con uno de los acusados que no existe en el expediente. A Zerón lo presenta Betanzos, pero Betanzos se va corriendo de la conferencia. A Zerón lo acompañan otros funcionarios de su área, paraditos como estatuas. Zerón acusa al GIEI de múltiples fallas. Lo que él hizo fue legal, insiste. ¿A dónde se fue Betanzos?
En esos días, tanto la ONU como el Equipo Argentino de Antropología Forense desmienten las insinuaciones de Zerón de haber sido testigos de aquella diligencia en el río San Juan. La PGR ya no dice nada.
No se si todo esto, como suele suceder en este gobierno, es solo una falla de estrategia de comunicación o son mensajes claros que una parte de la institución no está de acuerdo con otra. (Milenio)