Bajo la lupa, La edición de hoy — septiembre 11, 2015 at 8:20 am

Ayotzinapa, segunda parte / Mauricio Merino en El Universal

¡Ahí está el detalle!

Mauricio Merino
Mauricio Merino

Hay episodios que marcan la historia de las naciones. La desaparición forzada de los 43 muchachos de la Normal de Ayotzinapa es, de lejos, uno de ellos. Hace casi un año se convirtió en un emblema inexorable de la corrupción y de la impunidad que han minado a México. Y este lunes 7 de septiembre volvió a aflorar ese episodio, pero esta vez como símbolo de la impericia y de la cultura burocrática que domina amplias franjas del Estado.

El informe presentado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) reunido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos negó “la verdad histórica” con la que el gobierno mexicano había salido al paso de la presión nacional e internacional que exigía la presentación de los estudiantes desaparecidos. Tras el informe, volverán a correr ríos de indignación dentro y fuera del país, mientras la investigación oficial en busca de la verdad (a secas) renace bajo la conducción de expertos de “altísimo nivel”, convocados ahora por la procuradora Arely Gómez.

La mayor parte de la burocracia mexicana —no toda, por fortuna— está entrenada para esquivar dificultades como sea, construyendo argumentos sobre la marcha y, si es preciso, inventando datos y evidencias para mostrar que las cosas marchan bien, que ningún conflicto los rebasa y que pueden lidiar exitosamente con la adversidad. Así reaccionó la PGR ante la desaparición de los 43 de Ayotzinapa: primero hizo la vista gorda, luego intentó zafarse y finalmente corrió con la consigna de entregar un resultado —cualquiera, pero pronto— para apagar el fuego de la indignación.

La credibilidad del Estado mexicano ha quedado rebasada una vez más porque no supo o no quiso reconocer que sus rutinas burocráticas acabarían causándole un descrédito mucho mayor. Dudo que la administración pública aprenda esa lección deprisa y afronte sin matices ni eufemismos los problemas que están dañando a México. Eso no está en su ADN. Pero los 43 muchachos desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa siguen, ellos sí, moviendo a México. (El Universal)