Bajo la lupa, La edición de hoy — septiembre 2, 2015 at 8:20 am

Tanhuato: las pruebas que hacen tropezar al gobierno (II) / Carlos Loret de Mola en El Universal

¡Ahí está el detalle!

Carlos Loret de Mola
Carlos Loret de Mola

Los días 5 y 18 de agosto pasados dediqué estas Historias de Reportero al caso Tanhuato. El primer intento por desacreditar lo aquí publicado tuvo que ver con que yo mencioné peritajes federales como fuente de la denuncia de ejecuciones extrajudiciales, y que no había tales. El 13 de agosto, en conferencia de prensa, el director de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, Tomás Zerón, expresó primero que «no hemos hecho un solo peritaje», pero luego, luego dijo que «realizamos un dictamen en balística sobre las armas, y es sobre lo que hemos estado trabajando con la procuraduría estatal». Y cerró con que «no podemos afirmar ni negar categóricamente nada de lo que se ha dicho (en esta columna)».

El segundo intento por desmentir se centró en que lo que citaba yo era un simple documento y no peritajes oficiales. Este intento de manipulación quedó exhibido por sí mismo porque el documento al que hago referencia, y así lo precisé, resume las dos mil fojas de la averiguación previa y está fundamentado en los peritajes y dictámenes de las procuradurías de Michoacán y General de la República. Fotografías presentadas en este serial forman parte del documento. Una fuente del más alto nivel en la Comisión Nacional de Seguridad, que ha rechazado que los elementos se hayan excedido en Tanhuato, me confirmó que ese documento existe, que varios poderosos funcionarios lo han visto y atribuyó su autoría a la PGR.

Antes de atraer el caso el viernes 21 de agosto, la versión oficial de la PGR era que simplemente coadyuvaban con las autoridades locales, pero no tenían abierta una averiguación previa sobre el asunto. Curioso, sobre todo si se considera que los únicos tres sobrevivientes del episodio fueron ese mismo día, 22 de mayo, trasladados a las instalaciones de la SEIDO de la PGR en el Distrito Federal.

A estas alturas no sé si pensar que las autoridades federales aprendieron de casos como Tlatlaya: esconder una ejecución extrajudicial les sale nacional e internacionalmente peor. Ahora los ojos están puestos sobre Tanhuato. (El Universal)