Autonomía amenazada/Denise Dresser/Reforma Tiempos de una Asamblea Legislativa del Distrito Federal que piensa más en agendas políticas que en derechos humanos. Tiempos en que los partidos prefieren partidizar a los órganos autónomos en lugar de reconocer su independencia. Tiempos en los que -al negar la ratificación del ombudsman capitalino, Luis González Placencia- todos los afectados por su actuación buscan cobrársela. Demostrando así que las fuerzas políticas de la capital y del país no quieren ser vigiladas. No quieren ser escrutadas. No quieren rendir cuentas. No quieren que un ombudsman haga lo que tiene que hacer: mantener presentes los anhelos de justicia y verdad en un sistema político que se burla cotidianamente de ellos.
La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) ha alzado la vara de medición, se ha vuelto autora de un lenguaje que ha buscado siempre confrontar al poder con la verdad, ha ejercido una autonomía sin cortapisas. Es por eso que los diputados no sólo no representan los derechos humanos, sino que son quienes…