El Estado esquizofrénico/ Carlos Fazio /II/ La Jornada El autor expone el instrumento eje para enfrentar la guerra irregular de las guerrillas mediante otra guerra irregular y clandestina desde el Estado. No es propio del Estado mexicano, pero si tiene nombre propios: los halcones, los grupos de limpieza social en las entidades con más números de muertos o los ejércitos de la Caravana de la muerte de Ulises Ruiz. Colombia, es el modelo: el para-Estado que se revela en el paramilitarismo como una manifestación evidente de un Estado esquizofrénico al asumir la categoría de no-yo, en el discurso oficial de Felipe Calderón y los mandos militares y policiales trasciende a las instituciones de seguridad y se proyecta en todas las dimensiones del Estado mexicano, particularmente en los ámbitos de la justicia y del derecho, dado que el conflicto bélico es inseparable de un conflicto social (pretendidamente inexistente para el Estado esquizofrénico).