Por:Javier Hernández Alpízar
Retomado de Zapateando
Bastante más tranquilo y relajado –que no easy and tropical– el segundo festival en apoyo a las mujeres que dan de comer a los migrantes, Jazz por las Patronas, el pasado sábado 2 de junio en Xallitic.
Admirable por todos los participantes, desde el corazón de la solidaridad, las mujeres que comenzaron dando un pan y leche a los migrantes centroamericanos que viajan colgados del tren de carga, admirable también por los convocantes, las mujeres y hombres que como sociedad civil, sin más afán que solidarizarse con las solidarias, y a través de ellas con los migrantes, han hecho el primer festival Va por las Patronas, y ahora éste de jazz.
Ambos festivales cumplieron su objetivo: servir de nodo de recepción del apoyo material y humano, que se materializa en toneladas de víveres y en un poco más de dinero para ayudar a las mujeres que trabajan voluntariamente en hacer real su compromiso con sus creencias: dar de comer al hambriento, en este caso en el rostro y la persona de niños, niñas, jóvenes, mujeres, hombres, ancianas y ancianos que emigran al norte en busca de la vida que en su paises es ya cada vez menos posible.
Contrasta una noticia de nobleza (obliga), solidaridad, apoyo desinteresado como el que dan las mujeres de Amatlán de los Reyes y como el que generan, como núcleo impulsor, las organizaciones como Va por las Patronas (llamados y llamadas así a falta de un nombre), LaVida, La Asamblea Estudiantil Xalapeña (cuyo trabajo ahora es dar de comer al estudiante en su Comedor Autónomo Universitario), el colectivo Mahatma Gandhi y muchas y muchos más que se suman personalmente. Desde luego, admirable también por los músicos, ensambles armados al calor del festival y grupos que de suyo jazzean en colectivo, con música desde Henry Mancini (tema de la Pantera Rosa, desde luego) al bossa nova, standards de jazz muy conocidos, boleros que el jazz se ha ido apropiando, algunos temas originales, y sobre todo mucho cariño a la camiseta del jazz y también a la de humanidad.
En términos de bulla festivalera fue un acto más discreto, pero igualmente eficaz, con la presencia de dos de las coordinadoras de Las Patronas, quienes le narraron a la prensa, en una y otra entrevista, la historia de su trabajo voluntario y humanitario, su solidaridad con la causa de todos los migrantes y los defensores de los migrantes, cada vez más bajo acoso, como es sabido por el caso del sacerdote Alejandro Solalinde, quien salió temporalmente del país por amenazas de muerte.
Una nota de vida, una nota de esperanza, una nota de luz en los oscuros tiempos que vivimos, en el estado, el país y el mundo: la gente más sencilla, las siempre etiquetadas como “víctimas”, las que nada tienen, nos enseñan que no se ha perdido del todo la humanidad, que en sus genes, como en una botella arrojada al mar, sigue viviendo la humanidad que a veces hemos sabido ser y que podemos recobrar, a ritmo de jazz pero sobre todo del latir de corazón humano. Excelente noticia. Y más sobre ella en http://vaporlaspatronas.wordpress.com/
La cuenta de banco de Las Patronas, para quienes deseen apoyarlas: BANCOMER 0190082074, a nombre de María Antonia Romero Vázquez.