México, D.F., 28 de abril de 2008

Boletín de prensa INS/02-08

El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez expresa su preocupación por la seguridad de las once mujeres a quienes acompañamos y que denunciaron ante la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y la Trata de Personas los actos de tortura que sufrieron a manos de los policías de los tres niveles de gobierno que las detuvieron y trasladaron de San Salvador Atenco y Texcoco al penal de Santiaguito los días 3 y 4 de mayo de 2006.

De las once mujeres que interpusieron denuncia ante la Fiscalía Especial, diez están hoy libres. Según versiones de varias de ellas, después de que salieron del penal empezaron a sufrir acoso y hostigamiento vía telefónica; les han hecho llamadas en las que se reproducen conversaciones de ellas sostenidas con terceras personas; también han recibido en sus celulares mensajes de números desconocidos donde se pregunta por otras denunciantes. Hace aproximadamente dos meses una de ellas fue “levantada” por policías del Distrito Federal quienes la interrogaron sobre sus datos personales y sobre su familia. Después de pasearla durante una hora en la patrulla sin explicarle el motivo de su detención la dejaron libre en la misma calle donde la detuvieron.

“Camino como 3 calles, de Congreso de la Unión a Eduardo Molina y se me cierra una patrulla. Se baja uno de los policías y me dice que qué traigo, que me van a revisar y cosas así; entonces yo le digo que no me puede revisar porque es hombre…, me ignora y me abre la puerta de la patrulla y me dice que me tengo que subir… Da unas vueltas…y de repente se detiene en un callejoncito y me empiezan a preguntar que cómo me llamo, que dónde vivo, que cuál es mi teléfono… Después de un buen rato que me tuvieron así se dicen cosas entre ellos como: –“Vamos a llevarla a donde dijimos, ¿no?” –“Yo digo que sí, ¿cómo ves?” –“Entonces la llevamos al otro lado”… No me di cuenta cuánto pasó, pero de ahí se arrancan y me vuelven a dejar en la misma esquina donde me detuvieron y se bajó un policía, me abre le puerta y me dice que me baje y que no voltee… Fue casi una hora la que me tuvieron”.

Es importante mencionar que durante la detención y traslado de los hombres y mujeres que se vieron involucrados en el operativo Atenco, los elementos de seguridad les pidieron datos personales como nombre, dirección y teléfono. Asimismo, les fueron arrebatados monederos, carteras y teléfonos celulares, de manera que es factible que quienes perpetraron los abusos cuenten con los datos personales de las denunciantes.

Ante estos hechos y considerando que se han realizado nuevas acciones de denuncia a nivel nacional e internacional, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez hace un llamado a las autoridades a efecto de garantizar la seguridad e integridad de las mujeres que denunciaron los hechos en los que fueron víctimas de tortura sexual, física, y psicológica.

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