El 20 de junio de 2022, los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, junto con el guía Pedro Palma y el joven Paul Berrelleza fueron asesinados en Cerocahui, pueblo localizado en la Sierra Tarahumara del estado de Chiapas.
Este crimen, además de estremecer a la sociedad, mostró la deficiente política de seguridad y la impunidad persistente en la Sierra Tarahumara, ya que los hechos se habrían evitado si las autoridades hubiesen actuado oportunamente; el grupo de hackers Guacamaya revelaron que la inteligencia militar se concentró en monitorear a los sacerdotes en lugar de localizar al perpetrador.
En febrero de 2023, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otorgó medidas cautelares a la comunidad jesuita en Cerocahui por considerar que se encuentran en situación de riesgo y daño irreparable. Y en marzo de ese mismo año, autoridades confirmaron y celebraron el hallazgo del cadáver de “El Chueco”, presunto perpetrador del homicidio. A pesar de que hubo ajusticiamiento, no hubo justicia, como destaca el rector de la Ibero CDMX, Luis Arriaga Valenzuela.
A dos años de la tragedia, se mantienen las demandas de verdad, justicia, no repetición y seguridad para la Sierra Tarahumara y mantenemos viva la memoria de los padres “Gallo” y “Morita”.
Se puede consultar la revista DefonDHo en memoria de los sacerdotes en el siguiente enlace.
El Prodh comparte su mural, donde se hace homenaje al padre Gallo y Morita en el siguiente enlace.