Movilización social, Seguridad ciudadana — septiembre 12, 2011 at 10:02 am

La Caravana de la Paz, en Guerrero

Caravana de la Paz en Guerrero

Este fin de semana, la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad llegó al estado de Guerrero, donde pudo compartir las historias de cientos de familiares de víctimas de desaparición forzada de la guerra sucia y de la guerra que se libra actualmente.

El pasado sábado y domingo, la Caravana por la Paz realizó su paso por el puerto de Acapulco, en Guerrero; considerado uno de los atractivos turísticos y puertos comerciales más importantes de México y en donde, en los últimos años, sus pobladores han sentido cómo la violencia se ha venido incrementado, desde el tiempo del cártel de Sinaloa y los Beltrán Leyva, hasta hoy, que existen balaceras en todos lados del puerto.

 

Acapulco recibió con los brazos abiertos a la Caravana de la Paz. Un frente con integrantes vestidos de blanco, llevando pancartas con los rostros de familiares y/o amigos asesinados o desaparecidos por la ola de violencia; jóvenes excluidos de la educación en huelga de hambre; y organizaciones locales, acudieron a esta movilización a relatar cómo es que el tejido social de el puerto se ha ido deshaciendo con el avance de la violencia, cuya característica principal es ir siempre de la mano la impunidad.

 

El Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) entrevistó a familiares de las víctimas de la violencia, quienes no sólo llevan con ellos el dolor de perder a sus seres queridos, sino que también han tenido que enfrentarse al muro de la impunidad que representan las instituciones de justicia.

 

María de Lourdes, acapulqueña de la colonia del Pedroso, compartió con Cencos la experiencia de ser habitante de esta región, así como las amenazas cotidianas a las que está sometida la población. Señaló que el crimen organizado ha mantenido una hegemonía de terror, ejecutando a sus deudores y exigiendo el pago de su “tributo”. Por otra parte, los secuestros han venido aumentando y realizándose de forma indiscriminada respecto a la clase social a la que pertenezcan las víctimas. Las escuelas locales han sido sitiadas por integrantes del crimen organizado, quienes ponen en peligro la integridad física y emocional de los estudiantes. Desde hace más de dos semanas, los maestros iniciaron un paro de labores ante las extorsiones y la falta de condiciones de seguridad para que se den las clases. Cerraron 140 escuelas y ahora ya se extendieron hasta suspender 300.

 

En Chilpancingo, Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan fue el encargado de dar la bienvenida a la Caravana de la Paz. En el acto relató un pequeño esbozo de la amplia historia de las violaciones a los derechos humanos que han sufrido las y los guerrerenses, cuya población indígena (17% del total del total de habitantes) ha resistido los estragos de la militarización desde la década de los setentas. Por su parte, Tita Radilla, hija del desaparecido Rosendo Radilla, compartió un poco del dolor que provoca el crimen de la desaparición forzada y su largo andar en la búsqueda de la justicia, no sólo para su padre, sino para todas las víctimas de este delito.