- En los años 2000, 2005 y 2009: “En México el 41% de los presos son torturados por la policía y el 93% nunca vieron una orden de aprehensión cuando fueron detenidos”.
Por Alberto Tavira Álvarez/Animal Político
“En México 92% de las acusaciones carecen de evidencia física. Es decir, sólo se sustentan en lo que dicen los testigos oculares sin tener alguna otra prueba”, asegura en entrevista la abogada Layda Negrete, quien junto con su esposo Roberto Hernández –también abogado–, crearon el documental Presunto Culpable, el cual se estrenará el próximo viernes 18 de febrero.
La cinta, que ha sido la más premiada del cine nacional reciente, presenta la historia de José Antonio Zúñiga Rodríguez, un joven acusado de un homicidio que no cometió y por el cual lo sentenciaron a 20 años de cárcel. “Pero todos los reclusorios de nuestro país están repletos de Toños”, dice la también investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) quien asegura que una de las consecuencias de sólo utilizar a los testigos para sentenciar a alguien ha producido que el 80% de las sentencias sean condenatorias a nivel nacional y, en el Distrito Federal, asciendan a 95%.
Layda Negrete, quien para su investigación pasó tres meses trabajando de incógnita en una agencia del Ministerio Público como lo que ella llama “agente encubierto”, revela que según las encuestas de población de reclusorios que realizó el CIDE en los años 2000, 2005 y 2009: “En México el 41% de los presos son torturados por la policía y el 93% nunca vieron una orden de aprehensión cuando fueron detenidos”.
Pero eso no es todo, la estudiante de nivel de doctorado en Política Pública por la Universidad de Berkeley le pone otra raya al tigre: “Por si no fuera suficiente el 93% de los acusados nunca ven al juez. Nunca tienen la oportunidad de hablar con quien les va a dictar sentencia, porque los jueces no se presentan a las audiencias. Nosotros lo sabíamos porque lo vimos mientras levantábamos las estadísticas, pero el concepto de justicia de todo mundo es de que te juzga un juez y que es él quien ve las pruebas, quien escucha a los testigos y quien está al pendiente del caso. La realidad dista mucho de nuestro imaginario de justicia”.
Sin embargo, a pesar de su “amor al número” la especialista en estadística reconoce que en nuestro país “las cifras se las lleva el viento. No tienen poder de recordación en la gente como el que poseen las películas. Por eso, la problemática del sistema judicial mexicano lo llevamos a la pantalla a través de la historia de Toño, ahí estoy segura que todo el que vea la película va a entender que en México ser inocente no basta para ser libre”.