Serían cerca de 100 comunidades de Parras, General Cepeda y Ramos Arizpe bajo amenaza de morir de sed debido a la sobreexplotación que algunas agroempresas de la región dedicadas a la producción de nuez, uva y hortalizas.
Tal parece, coinciden los ejidatarios afectados, que la moda de los viñedos en esta región se está bebiendo, de un solo trago y hasta el fondo, los manantiales del Arroyo San Miguel. Mientras que en Coahuila se produce el mejor Cabernet Sauvignon del mundo, estos labradores no tienen agua ni para irrigar una sola hectárea de frijol para autoconsumo y muy pronto, reza una profecía rural, tampoco tendrán agua ni para tomar.
“No les interesa dejar tras de sí una tierra arrasada, su propósito extractivista es sacar utilidades, dividendos de muy corto plazo y cuando aquí ya no haya manera porque ya no hay agua, porque la tierra está muerta, se van a joder prójimos a otro lado y la gente que sí es de aquí, queda en absoluta miseria, en absoluta indefensión”, resume José Luis García de Sí A la Vida.
* Retomado de Pie de Página