Ciudad de México, 05 de noviembre de 2021. En el marco de la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26), en Glasgow, Inglaterra, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA) lanzó un llamado al gobierno federal para que cumpla con sus compromisos internacionales de mitigación de metano, debido a los beneficios casi inmediatos que se obtendrían en la desaceleración del cambio climático.
A través de una proyección de video (videomapping), en un edificio ubicado en el cruce de Av. Juárez y Paseo de la Reforma, el CEMDA buscó concientizar a la sociedad civil sobre la emergencia climática que vivimos, cuyas consecuencias ya se advierten mucho más devastadoras que las ocasionadas por la pandemia del COVID-19.
Asimismo, hizo un llamado al gobierno federal para que dé cumplimiento a las regulaciones de las emisiones de metano provenientes del sector hidrocarburos, las cuales han sido pospuestas por intereses del sector, con efectos muy graves sobre la calidad del aire y el calentamiento global.
Para sumarse a la lucha mundial contra el cambio climático, el Estado mexicano firmó el Acuerdo de París y estableció de mitigación: 22% de sus Gases Efecto Invernadero (GEI) y 51% de sus Contaminantes Climáticos de Vida Corta(CCVC) al año 2030. Estas metas de reducción fueron plasmadas por el país en sus Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés), suscritas ante la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
En lo que se refiere específicamente a mitigación de emisiones de metano, México suscribió en septiembre pasado el Global Methane Pledge. Asimismo, en la Declaración de Líderes de América del Norte sobre la Alianza del Clima, Energía Limpia y Medio Ambiente (Declaración ACELMA), firmada en 2016, nuestro país se comprometió, conjuntamente con Estados Unidos y Canadá, a reducir sus emisiones de metano en los sectores de petróleo y gas entre un 40% y un 45% para el año 2025.
Para cumplir con estos compromiso, México publicó el 6 de noviembre de 2018 en el Diario Oficial de la Federación (DOF) las “Disposiciones Administrativas de carácter general que establecen los Lineamientos para la prevención y el control integral de las emisiones de metano del Sector Hidrocarburos”, instrumento regulatorio que permitirá contar con datos precisos por instalación, así como contar con un mecanismo para dar seguimiento a la mejora continua de éstas.
En dicho instrumento se estableció la obligación de los sujetos regulados a presentar un Programa para la Prevención y el Control Integral de las Emisiones de Metano del Sector Hidrocarburos (PPCIEM), el cual deben entregar a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (Asea) dentro de los tres meses posteriores a su elaboración. Adicionalmente, se estableció la obligación de presentar un reporte anual de cumplimiento del PPCIEM.
Desafortunadamente, sólo unos meses después (29 de junio de 2020) dicho Acuerdo fue modificado para ampliar de 3 a 19 meses el plazo para entregar a las autoridades los programas de prevención y control de emisiones de metano.
Al respecto, Gustavo Alanís Ortega, Director Ejecutivo del CEMDA, comentó que “con esta acción, México se aleja de las metas plasmadas en su NDC, así como del cumplimiento de sus compromisos ante el mundo; pero la consecuencia más grave de retrasar las acciones para prevenir y controlar las fugas de metano, es la contaminación del aire y las afectaciones a la salud de las personas por la mala calidad de éste, lo cual no se debe de permitir más”.
El metano es invisible e inodoro, con más de 80 veces el efecto de calentamiento del clima que el bióxido de carbono (CO2). Las emisiones de metano provocan entre el 25 y el 30% del calentamiento del planeta. Un dato optimista es que, a diferencia del CO2 que permanece siglos en la atmósfera, el metano lo hace únicamente por 12 años en promedio. Por eso, es considerado un Contaminante Climático de Vida Corta (CCVC) y de ahí la importancia de regular sus emisiones para obtener beneficios globales inmediatos.
En lo que se refiere a impactos a la salud por mala calidad del aire, al interactuar con la radiación solar, el metano contribuye a la formación del ozono a nivel del suelo (O3). Asimismo, la combustión incompleta de gas metano produce carbono negro, el cual es un componente de las partículas PM2.5, altamente dañinas para el sistema respiratorio del ser humano. Las personas más afectadas por esto, son aquellas que viven en las zonas aledañas a las refinerías donde se quema el combustible que genera estos gases tóxicos.
«Reiteramos nuestro llamado a que el gobierno federal cumpla con la regulación de fugas de metano en México y a que contribuya a combatir la crisis climática que atraviesa nuestro planeta», finalizó la organización.