Es domingo 17 de octubre y alrededor de las 11:45, a un costado de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Puebla, llegan mujeres vestidas de negro, adornadas con listones, máscaras, plumas y flores.
Las mujeres a su alrededor corean “no están solas”, y la algarabía, en medio de un reclamo por justicia, comienza. Así es la Marcha de las Putas en Puebla: una expresión de rabia en medio de un festejo de ternura.
Al llegar al Zócalo, las portavoces de las colectivas advierten en su pronunciamiento frente al Palacio Municipal que ni las políticas públicas de represalia que, esperan, tome la nueva administración, detendrán los avances en cuestiones de derechos de las mujeres que han conseguido con la lucha feminista.
* Retomado de Manatí