Diana regresó a la casa de su mamá el 14 de septiembre de 2021 al amanecer, la luz del sol comenzaba a reflejarse en la pequeña vivienda de láminas de zinc corroída por el óxido, localizada al fondo de una calle de terracería en la colonia Los Laureles, en el municipio de Oluta, en la región sur del estado de Veracruz.
Ese mismo día en la madrugada le avisaron que dejaría la celda en la que estuvo encerrada por tres meses y 20 días, acusada de asesinar a su hijo y abandonarlo en el baño de la misma tienda donde sufrió un aborto espontáneo el 24 de mayo.
Las largas horas en solitario, sangrando todavía por el aborto espontáneo que sufrió, sin oportunidad de ir al baño y utilizando una cubeta, terminaron hasta que su madre pidió la intervención de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), relata en una conversación que sostiene lejos del lugar donde fue prisionera.La historia del aborto que sufrió en la tienda Soriana del municipio de Oluta llegó a oídos de las reclusas distorsionada por las acusaciones en su contra por homicidio.
* Retomado de E-Veracruz