Ciudad de México, 16 de junio de 2021. La identificación del normalista Jhosivani Guerrero De la Cruz a través de una vértebra encontrada en la Barranca de la Carnicería es plena y vuelve a evidenciar cómo se mintió en el pasado, señalaron las organizaciones acompañantes del caso, quienes llamaron a respetar a la familia en este momento tan difícil.
Ayer, las familias, la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el caso Ayotzinapa y la Comisión Presidencial para el Caso Ayotzinapa anunciaron la identificación, presentada a las familias durante una reunión privada con el presidente de la República. Las organizaciones acompañantes precisaron que la identificación es plena y de ADN nuclear pues, recordaron, en 2015 la la PGR y la CNDH dolosamente pretendieron dar por identificado al mismo joven, sin que los valores de los resultados genéticos fueran suficientes, por lo que técnicamente es falso que ya hubiera sido identificado.
El Equipo Argentino de Antropología Forense, que es perito acreditado de las familias y participó en el proceso de identificación, precisó que el resto óseo con coincidencia genética con la familia de Jhosivani corresponde a una vértebra lumbar que no presentaba alteración térmica. La pieza fue hallada en octubre de 2020 en la Barranca de la Carnicería como parte de una diligencia de búsqueda realizada por la Unidad Especial para el Caso Ayotzinapa de la FGR.
«Adicionalmente, entre los nuevos resultados reportados por Innsbruck, otro resto óseo (fragmento de calcáneo) reasoció genéticamente con los familiares del joven Christian Alfonso Rodríguez Telumbre. En julio de 2020, ya se había informado públicamente que un fragmento de hueso encontrado también en La Barranca de la Carnicería tuvo una coincidencia genética con la familia del joven Christian», aportó el EAAF.
El hallazgo, que fue comunicado en condiciones dignas el pasado fin de semana a la familia, también recuerda que sigue pendiente avanzar en las investigaciones hasta llegar a la verdad y sancionar tanto a los responsables de la desaparición como a los de la manipulación, advirtieron las organizaciones. El representante en México de la ONU-DH, Guillermo Fernández Maldonado, dijo que gracias a la lucha incansable de las familias y sus defensores se ha demostrado que la “verdad histórica” del caso no tiene base científica y es contraria a los estándares internacionales de derechos humanos.
El 07 de julio de 2020, el titular de la Unidad Especial de Investigación y Litigación para el caso Ayotzinapa y el subsecretario de Derechos Humanos y presidente de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia para el caso Ayotzinapa anunciaron la identificación genética en la Universidad de Innsbruck del joven Christian Alfonso Rodríguez Telumbre entre restos óseos encontrados en noviembre de 2019 en la Barranca La Carnicería, distante más de 800 metros del Basurero de Cocula. La noticia fue confirmada más tarde por el EAAF. El fiscal Gómez Trejo recalcó que el resto óseo identificado no fue tirado ni encontrado en el Basurero de Cocula, ni en el río San Juan, tal y conforme a la versión que, pública y judicialmente, sostuvo la anterior administración.
Luego de enviar su solidaridad a la familia de Jhosivani, el representante de la ONU-DH manifestó que «las familias de Ayotzinapa han logrado mostrar que en México es posible la identificación de restos con dignidad, con la participación de familiares y defensores, de forma transparente y con sustento científico. Esto representa una esperanza para las más de 80 mil personas que han desaparecido en México». Por su parte, las organizaciones acompañantes dijeron que «las familias de lxs desaparecidxs tienen derecho a la verdad. Este hallazgo muestra que la identificación genética es posible, incluso a pesar del paso del tiempo. Necesitamos mecanismos extraordinarios, masivos y con recursos para atender el rezago forense».