Ciudad de México, 17 de febrero de 2021. La titular del Juzgado 4 de Distrito con sede en Yucatán otorgó tres suspensiones provisionales contra la construcción del Tren Maya, informaron Chuun T’aan Maya, la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíimbal y el Equipo Indignación.
La suspensión se otorgó mientras se resuelven de fondo los amparos -interpuestos por integrantes de comunidades comprendidas dentro del tramo 3- en contra del Manifiesto de Impacto Ambiental que la Semarnat autorizó a Fonatur, al considerar la jueza la existencia de un riesgo que la obra puede generar al medio ambiente y a las generaciones futuras. La resolución advierte que la construcción debe detenerse, evitando especialmente cualquier tipo de daño ambiental .
En sus demandas de amparo, los colectivos argumentaron que el otorgamiento de la MIA afectó el derecho a la información y a la participación de los pueblos, además de que adolece de una evaluación ambiental regional que pondere de forma integral los impactos de la obra.
Las suspensiones se suman a las ya existentes en Palenque (1), Campeche (3) y Yucatán (4), además de dos amparos cuya admisión está en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Aún existen más amparos por resolverse.
Las y los defensores del territorio lamentaron las declaraciones del titular del Fonatur en el sentido de que no son las comunidades quienes se oponen, sino personas externas. Consideraron que es un trato racista porque no les consideran capaces ni de decidir sobre su vida ni de sostener una estrategia jurídica y mediática para defender su territorio y su cultura.
Valiana Aguilar, de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíimbal, remarcó que el Tren trae todo un «paquete» de proyectos (turísticos, de megagranjas, de transgénicos, etcétera) que atenta contra su territorio y su modo de vida. «Desde el territorio se decide qué hacer con la vida, no desde las instituciones», sentenció.
Gregorio Hau, también de la Asamblea, dijo que los quieren convencer de aceptar el proyecto «con espejitos», condicionándoles obras que son su derecho, como un hospital y agua, y sin informar de la verdadera magnitud e implicaciones del Tren. Afirmó que defenderán lo que les queda como comunidades, pues «sin territorio no hay cultura, sin cultura no hay lengua».
José Coyol y Lupita Chan, de Chuun T’aan Maya, reafirmaron su derecho a defenderse jurídicamente, pues es «una de las pocas rendijas» que les quedan, y consideraron que las suspensiones son una oportunidad para que el Gobierno federal se detenga y piense en la autodeterminación de los pueblos.