- Desde la tragedia ocurrida hace 55 meses en la Mina 8, Unidad Pasta de Conchos, donde el saldo fue de 65 mineros fallecidos y 8 heridos y, en consecuencia, más de 160 huérfanos y en promedio casi 10 familiares afectados por cada uno de los mineros, denunciamos lo que en México no se hizo, se evitó y hasta se combatió.
El día de hoy, 14 de octubre de 2010, se llevó a cabo en el Centro Prodh una conferencia en la que se abordó sobre lo que ha ocurrido desde la tragedia de Pasta de Conchos a la fecha, pues ya se suman 41 muertos más de quienes continúan trabajando en las minas de carbón; sobre Grupo México, ex dueño de Pasta de Conchos, quien no sólo tuvo determinación para el rescate de los mineros, sino que obstaculizó todos los medios, y por último, se compararon datos que muestran las diferencias laborales entre México y Chile. Contamos con la participación de Carlos Rodríguez del Cereal, Raún Raúl Villasana, familiar de un minero fallecido en Pasta de Conchos, Jaqueline Sáenz, abogada del Centro Prodh y Manuel Fuentes, director de la ANAD.
Boletín de prensa
Nos unimos al regocijo de la familia minera chilena por el rescate con vida de sus 33 seres queridos. Reconocemos el temple de todas las fuerzas chilenas que convergieron para esta proeza. Sin embargo, desde la tragedia ocurrida hace 55 meses en la Mina 8, Unidad Pasta de Conchos, donde el saldo fue de 65 mineros fallecidos y 8 heridos y, en consecuencia, más de 160 huérfanos, en su momento menores de edad, y en promedio casi 10 familiares afectados por cada uno de los mineros, denunciamos lo que en México no se hizo, se evitó y hasta se combatió para afrontar el sufrimiento humano de la familia minera del carbón del norte de Coahuila.
Hay diferencias abismales entre el rescate de los mineros chilenos y lo ocurrido en Pasta de Conchos:
Uno: Minera México agotó la búsqueda en menos de 48 horas, declaró muertos a los mineros en menos de 5 días, sin haber instalado un “equipo de monitoreo sísmico que ubicara a los mineros con precisión” y sin haber entregado a las cuadrillas de rescate “información confiable y temprana como planos digitales actualizados, una red de sensores de gas y señales de comunicación y rastreo de los mineros”, según un grupo de científicos mexicanos.
Dos: en México se rescata a la empresa de Germán Larrea, presidida por Francisco Javier García de Quevedo y, en Chile, a los trabajadores. El gobierno mexicano nunca emplazó a Minera México de Grupo México a cumplir cabalmente con su obligación constitucional: según el artículo 123, fracción XIV, Apartado A, los empresarios son los responsables de los accidentes de trabajo de manera directa y objetiva. Al uso del Ejército y del secretario del Trabajo, Salazar Sáenz, como vocero de Minera México, se suma lo expresado por los funcionarios públicos, de la Administración Fox y de la de Calderón, en el sentido de que no existe fundamento legal alguno o facultades expresas para realizar el rescate de los restos. Alegan que el Sistema Nacional de Protección Civil de SEGOB no tiene conferida la atribución para emprenderlo y carece de facultades operativas (en dicho de Laura Gurza Jaidar: “Protección Civil rescata vivos, no muertos”). Alegan que la Secretaría de Economía se encuentra jurídicamente imposibilitada para dejar sin efectos la suspensión definitiva de los trabajos mineros que decretó, incluso aseveran que tampoco identifican precepto alguno en el orden internacional, etc. En abril de 2007, cuando la empresa unilateralmente suspende las labores de recuperación, el titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, jamás pidió a la empresa probar su dicho.
Tres: el Estado mexicano no sólo se determinó a NO rescatar a los mineros sino que les combatió por todos los medios a su alcance, incluyendo la oposición a todos los recursos jurídicos empleados por las familias.
Por otro lado, las ventas de Minera México tan sólo entre 2006 y 2007 alcanzan la cifra de 14, 098 mdd y su utilidad neta, en el mismo período, suma 3, 452 mdd. Si, como se ha informado desde Chile, el rescate en el desierto de Atacama de los 33 mineros de la mina san José tendrá un valor aproximado de 22 mdd, eso representa 0.64% de la utilidad neta de Minera México, sólo en los años más críticos del caso Pasta de Conchos. El abogado de Minera México en su comparecencia ante la Comisión Especial en la Cámara de Diputados en 2007 sostuvo que Grupo México había invertido 292 mdp, hasta esa fecha, en las labores de una aparente recuperación de los restos. No obstante, sumadas las cantidades ridículas de 180 mil pesos de reparación del daño por minero muerto, y de 750 mil pesos, cantidad que ofreció a las familias como “ayuda humanitaria”, suman 351 millones, 700 mil pesos. Es decir, unos 29.3 mdd, o sea, 0.85% de la utilidad neta del par de años referidos.
Por lo visto, el salvamento chileno resulta más barato y más eficaz que la inversión de Grupo México. ¿Qué tanto más podría haber costado su obligación como patrón? Muchísimo menos que la imagen que ha grabado en la memoria del país como una empresa socialmente irresponsable, falsa, y dada exclusivamente al lucro. Es decir, sin corazón. Eso sí, ha anunciado que invertirá en los siguientes cinco años 3,800 mdd, debido a que el Estado mexicano no ha cesado de otorgarle concesiones mineras.
La diferencia entre lo sucedido en Pasta de Conchos en comparación con la Mina San José en Chile, no es como dice el ex secretario del trabajo Salazar, ni como señala el actual Secretario del Trabajo, Javier Lozano: que en la mina de Pasta de Conchos hay gas y es explosivo y no existen las condiciones para hacer el rescate. La pregunta es, ¿por qué antes y después de Pasta de Conchos se ha rescatado a todos los mineros fallecidos desde 1902 después de explosiones, inundaciones, o derrumbes en las minas de carbón que están en la misma región y comparten el mismo yacimiento de carbón que Pasta de Conchos? También es falsa y solo muestra la ignorancia de las autoridades la afirmación de que después de una explosión en las minas de carbón no hay sobrevivientes. Conocemos sobrevivientes de siniestros que sucedieron en 1988 y, desde entonces, en todos los siniestros, incluido Pasta de Conchos, hay sobrevivientes.
La diferencia entre lo sucedido en la Mina San José y en la región carbonífera de Coahuila, se expresa en lo que Paco, sobreviviente de la mina Vertical 4 señaló hace un par de semanas cuando estuvo para ser atendido en la ciudad de México: “nos dan por muertos”; en Chile los dieron por vivos, no decretaron su muerte, ni se desalentaron por los más de 700 metros que los separaban, ni por el hecho de que nunca se había intentado un rescate que superara los 300 metros de profundidad.
Prueba de esta diferencia es que hemos recolectado con los mineros del carbón Actas de Inspección sobre las Condiciones Generales de Seguridad e Higiene en lo que va del año 2010 en 32 minas de carbón de la misma región de Pasta de Conchos y el resultado de su análisis es desgarrador: ningún trabajador está a salvo, en las actuales condiciones su integridad y su vida están en grave riesgo.
Finalmente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, con fecha de 24 de septiembre de 2010 y remitida el 11 de octubre, nos ha notificado que ha corrido traslado al gobierno de México sobre la petición presentada en su contra apenas en febrero de este año y “se le ha fijado un plazo de dos meses, contados desde la fecha de transmisión… para que presente sus observaciones…”. Es decir, Felipe Calderón tiene la oportunidad de reconocer la responsabilidad estatal en la tragedia Pasta de Conchos y rescatar los restos mortales de los mineros, para así colocarse en línea con el espíritu indoblegable de los chilenos, y cesar el sufrimiento de los familiares; o bien, de seguir combatiendo a las familias. Es decir, puede darles la espalda o puede sumarse a la determinación y voluntad política con que los chilenos se han conducido.
A una voz, ¡Rescate ya!
Contacto: familiapastadeconchos@gmail.com