Ciudad de México, 30 de julio de 2020. Decenas de investigadores de varios países y organizaciones de rendición de cuentas presentaron, por separado, fuertes críticas al Manifiesto de Impacto Ambiental del proyecto denominado Tren Maya.
En un laboratorio conjunto, PODER y MéxicoLeaks presentaron un reportaje que critica el poco tiempo que se dio a las comunidades afectadas para conocer la MIA y consigna que «la principal deficiencia de la MIA, es que no tiene una visión a largo plazo. Se ha promocionado el tren como un proyecto turístico, pero expresamente se omite señalar que responde al plan de imponer la integración industrial de la Península de Yucatán y el Caribe mexicano con la red ferroviaria nacional y la salida expedita de mercancías al Pacífico y al Golfo».
Para estas organizaciones, desde el día cero, el proyecto bandera de la administración de Andrés Manuel López Obrador ya violentaba los procedimientos administrativos a los que por ley está sujeto para garantizar una consulta libre, previa e informada2. Aunque ningún protocolo obliga a que las consultas a comunidades indígenas se hagan con la MIA presentada, el hecho de que ese documento no existiera al momento de las consultas, deja a las personas afectadas sin información completa. Por otro lado, para las consultas ambientales sobre la MIA, la información tampoco ha sido pública completamente. Hasta el momento, muchos de los anexos, a algunos de los cuales PODER tuvo acceso vía Méxicoleaks, son confidenciales.
PODER también expuso la forma en que se condicionó a las comunidades para aprobar el proyecto en la consulta.
Por su parte, las y los investigadores mexicanos y de otros países que analizaron la Manifestación de Impacto Ambiental Modalidad Regional (MIA-R). Tren Maya Fase 1 Palenque Izamal concluyeron que «El Sistema Ambiental Regional que será impactado por el Proyecto Tren Maya está mal definido y presenta fronteras muy estrechas. Por lo tanto, fragmenta el sistema ambiental real de la región, a la vez que minimiza los daños y los requerimientos de medidas de mitigación».
Además, consideraron que los pasos de fauna se proponen como mecanismo de cumplimiento de la mayoría de los ordenamientos territoriales, así como para justificar la suficiencia de las medidas de mitigación de la obra, pero «la información que se aporta es insuficiente para respaldar la efectividad del número, tipo y ubicación de estos pasos y evitar los efectos de barrera y de borde que causará el proyecto.»
Las y los expertos dijeron que el desarrollo que propone el proyecto intensifica en vez de amainar la dinámica predatoria ya presente en la región. No hay claridad sobre las medidas de solución al daño socioambiental provocado por la tala, que aumentará con la urbanización, además de que la calidad del aire sufrirá un fuerte descenso con el Tren Maya que emitirá, por lo menos, 431 mil toneladas de CO2 al año, equivalentes a las emisiones de 139,461.5 autos sedan.
Los académicos señalaron que en la descripción económica de la MIA se mezclan indiscriminadamente las escalas de aproximación confundiendo datos nacionales, estatales, municipales y locales que derivan en conclusiones equivocadas.
Otra conclusión es que el Proyecto Tren Maya aumentará irremediablemente la contaminación y agotamiento de los acuíferos de la Península, ya degradados con las actividades turísticas y las de la industria agropecuaria, además de poner en riesgo el anillo de cenotes y el acuífero subterráneo que abastece al norte de la Península.
«Como predomina la tenencia colectiva de la tierra y no se puede vender individualmente se proponen instrumentos financieros que convierten a los campesinos en socios minoritarios dependientes de las ganancias del mercado de valores, a la vez que dejan de disponer de su tierra», criticaron. También se desconocen los derechos colectivos de los pueblos indígenas y existen vicios en las fuentes encuestadas.
En más cuestiones, las investigadoras describieron que siendo una región de alta movilidad poblacional, desplazamiento y migración, la MIA no aporta un estudio de la problemática (situación y causas) ni ofrece medidas de encaminamiento o mitigación de las dinámicas socioeconómicas que genera.
Las y los expertos concluyeron que «La MIA-R (2020) presentada no reúne condiciones suficientes para establecer los modos, procedimientos y metodologías para garantizar que el proyecto Tren Maya, que incluye el tren, los polos de desarrollo y los proyectos complementarios, logre generar los beneficios que se propone y evitar los daños graves e irreversibles que científicos, estudiosos, sabios comunitarios y un sentido común ampliamente compartido están señalando insistentemente. Después de revisar la MIA con toda seriedad y cuidado la conclusión es que el proyecto no tiene condiciones para llegar a buen término y que el daño que causará no compensa ninguno de sus buenos propósitos».
Finalmente, llamaron a que, en apego al Convenio sobre la Diversidad Biológica del cual México es parte, y considerando los motivos antes señalados, las graves deficiencias y omisiones presentadas en la MIA- R, así como los riesgos que el proyecto representa para el medio ambiente, la SEMARNAT se apegue al Principio Precautorio 15 establecido en la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.