Mientras periodistas gritan «No al silencio» por asesinato de Javier Valdéz, es asesinado un comunicador más

* Juan Carlos Huerta, destacado locutor,  fue ejecutado mientras viajaba en su auto. 

Ciudad de México, 16 de mayo de 2018. Mientras madres de desaparecidos, víctimas de la violencia y periodistas protestaban en al menos 5 estados del país al cumplirse un año del asesinato del reportero y escritor Javier Valdés, en Tabasco fue asesinado Juan Carlos Huerta Gutiérrez, comunicador y catedrático, en lo que el gobierno estatal calificó como un «ataque directo».

Juan Carlos Huerta, de 47 años, era un importante locutor. Desde hace casi 23 años estaba dedicado a la conducción del noticiero Sin Reservas, de opinión política, en el que fue reconocido como crítico y agudo.
El 27 de junio de 2017, el Instituto Federal de Telecomunicaciones le otorgó una concesión de AM por un plazo de 20 años. Fue el pasado 26 de marzo que inició transmisiones la 620 de AM, bajo el eslogan «La radio que se ve». Juan Carlos también era conductor del programa de noticias en televisión Notinueve e impartía clases de Periodismo en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT).

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó el atentado contra Huerta y destacó como «agravante» el hecho de que se haya producido en un clima de agitación política preelectoral. Asimismo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó el homicidio y demandó que se lleve a cabo una indagatoria pronta que contemple su trabajo como una línea de investigación.

Mientras tanto, el acto central de la protesta por el asesinato de Javier Valdés se realizó en Culiacán,  Sinaloa. En un recorrido encabezado por su viuda, Griselda Triana, y sus hijos, Tania y Francisco, se gritaron las consignas «Javier Valdez vive» «Justicia para Javier Valdez» y «No al silencio». En esta movilización participaron también Jan Albert Hootsen, representante del Comité Internacional para la Protección de Periodistas, y Jan Jarab, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Periodistas locales y organizaciones de derechos humanos no cesaron de pedir justicia, y señalaron que es necesario que se detenga a los autores intelectuales del homicidio.