Pobladores de los siete municipios afectados por el derrame de 40 millones de litros de sulfato de cobre acidulado en los ríos Bacanuchi y Sonora, en 2014, ganaron un amparo mediante el cual el juez primero de Distrito del estado reconoció que al menos dos pozos aún están contaminados.
Mario Alberto Salado y Ramón Miranda, representantes de los Comités de Cuenca Río Sonora (CCRS), indicaron que la limpieza en el río – que sólo se hizo en 30 kilómetros del total de la longitud— se llevó de manera inadecuada, en razón de que se utilizaron herramientas muy simples, como carretillas y los contaminantes se dejaron en la ribera de los ríos.
* Con información de Proceso