* El informe determina que las zonas mineras deberían ser consideradas como sitios potencialmente peligrosos para la salud humana.
Ciudad de México, 7 de junio de 2017. Los impactos de las actividades extractivas sobre el medio ambiente, en particular sobre el agua y sobre la salud humana, tienen múltiples implicaciones que van desde la competencia por los recursos hídricos, la contaminación de fuentes de agua superficiales o subterráneas, hasta las enfermedades que padecen aquellas personas que viven en zonas cercanas a donde se desarrollan estos proyectos. Así lo documenta el Anuario de Actividades Extractivistas en México realizado por Fundar, que también informa de los altos riesgos para la seguridad, la salud y la vida de los trabajadores y trabajadoras que trabajan en la industria.
El informe determina diferentes afectaciones en la salud según la modalidad extractiva. Así, los residentes de zonas cercanas a operaciones de perforación y fractura hidráulica, conocida como fracking, existen afectaciones comprobadas a la salud tales como el aumento en las tasas de hospitalización, problemas respiratorios autoreportados y erupciones cutáneas, así como muertes por accidentes de vehículos motorizados, traumas, abuso de drogas y niños con bajo peso al nacer. Añaden que muchos de los productos químicos utilizados en los procesos de fractura hidráulica representan un riesgo para los seres humanos y el medio ambiente, tanto si se liberan en ciertas concentraciones, como si algunas de estas concentraciones peligrosas persisten en el medio ambiente y alcanzan y afectan a un ser humano, animal o planta.
Asimismo, actividad minera tiene impactos serios en la salud humana de residentes cercanos, así como a los mismos trabajadores y trabajadoras que laboran en las minas. Ponen como ejemplo Molango, en el estado de Hidalgo, uno de los diez yacimientos de manganeso más grandes del mundo, donde se han encontrado las concentraciones más altas de ésta sustancia y estas tienen efectos demostrados sobre la capacidad intelectual de los niños. Además, reportaron estudios que relacionan la inhalación de polvo contaminado con manganeso con los deterioros motores y de la atención en adultos de esta población
La minería también es considerada como de alto riesgo para la seguridad, la salud y la vida de los trabajadores. Según recoge el informe, la CAMIMEX (Cámara Minera de México) reporta que la tasa de incidencia de accidentes, definida como el número de accidentes incapacitantes entre el número de trabajadores expuestos, fue de 2.7 para el caso de minería subterránea y de 1.1 para el caso de la actividad minera a cielo abierto; estas cifras incluyen únicamente a las empresas afiliadas a la Cámara Minera de México y a sus contratistas. Un dato alarmante que aporta la CAMIMEX (2015) es que para el año 2015 se registraron 35 accidentes fatales entre sus trabajadores. Entre las causas de los mismo se encontraron golpes por caídas de piedras, atropellamientos, electrocución, accidentes en maquinarias, caídas y aplastamientos.
El informe señala así que las zonas mineras deberían ser consideradas como sitios potencialmente peligrosos para la salud humana debido a los impactos diversos y difíciles de cuantificar de la intensa actividad de la extracción de hidrocarburos.
El informe también alarma sobre la sobreexplotación de los acuíferos en aguas subterráneas, ya que el agua es un recurso ampliamente usado en las actividades extractivas, tanto en la minería como en la extracción de hidrocarburos, particularmente en el proceso de fractura hidráulica (fracking) empleado para la extracción de hidrocarburos no convencionales, como los de yacimientos de lutitatra, generando graves conflictos sociales e impactos ecológicos.
*Consultar el informe íntegro aquí.