Avanza audiencia sobre Valentina Rosendo en CoIDH

• Tras rendir su testimonio ante la CoIDH dijo sentirse animada y confiada de alcanzar justicia; pidió al Estado la dejen vivir en paz.

SS-2010-05-27_13.48.44México D.F., 27 de mayo de 2010 (Sididh con información de Tlachinollan y Cencos).- Valentina Rosendo Cantú declaró hoy ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) contra el Estado mexicano, al que responsabiliza de la violación sexual de la que fue víctima el 16 de febrero de 2002 cometida por miembros del Ejército. La audiencia tiene lugar en Costa Rica a lo largo del día de hoy. El acceso a la justicia, la militarización y el fuero militar son los temas de fondo por los que el Estado mexicano se sienta ante la Corte por segunda vez en menos de dos meses.

En sus primeros comentarios después de presentar su testimonio ante la Corte IDH, Valentina afirmó sentirse animada y confiada de alcanzar justicia. Durante su testimonio recalcó su exigencia al Estado mexicano de que la dejen vivir en paz con su hija y su familia.

Valentina Rosendo, indígena de la etnia mee phaa, tenía 17 años de edad cuando un grupo de militares la encontraron lavando ropa en el río de la comunidad Barranca Bejuco, municipio de Ayutla de los Libres, en el estado de Guerrero. Los soldados la interrogaron sobre dónde se encontraban “los encapuchados”, la golpearon y, posteriormente, la violaron.

Valentina sufrió varios tipos de violencia, argumenta su defensa; violencia sexual, política e institucional pues también fue víctima de negligencia por parte de los médicos que le dieron una atención no adecuada. Después de caminar ocho horas para encontrar la atención, a Valentina le realizaron los estudios necesarios para comprobar la violación un mes y medio después lo que frustró esta prueba. En contra de su voluntad, la denuncia que presentó ante las autoridades civiles fue traspasada al fuero militar, sin que hasta el momento se haya procesado ni castigado a ningún responsable de la violación. Seis años y seis meses después de estos hechos, Valentina se presentará ante la CoIDH buscando justicia.

Las violaciones sexuales y ataques por cuestiones de género han sido calificadas como un mecanismo de tortura por la defensa de Valentina, representada por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, la Organización del Pueblo Indígena Me phaa (OPIM) y Centro por la Justicia y Derecho Internacional (CEJIL), ya que las agresiones vinieron acompañadas de solicitudes de información. El fuero militar ha sido, en la práctica, un instrumento para encubrir las violaciones a los derechos humanos cometidas por militares y no se ha respetado la voluntad de la víctima de que el caso sea llevado por las instancias civiles de justicia. Al respecto, la CoIDH ya dictaminó que el Estado mexicano debe reformar el artículo 57 del Código de Justicia Militar y adecuarlo a los estándares internacionales, esto a propósito del caso Rosendo Radilla.

El caso de Valentina Rosendo ha ido de la mano con el de Inés Fernández Ortega. La audiencia en el caso de Inés Fernández tuvo lugar el pasado 16 de abril de 2010 en Lima, Perú, y está pendiente de sentencia. No sólo los aspectos de verdad y acceso a la justicia son centrales en estos casos. Las reparaciones solicitadas por la defensa durante la audiencia del caso de Inés Fernández recogieron las conclusiones de los peritajes psicosocial y antropológico que se presentaron, y hacen énfasis en el componente colectivo de la misma. Resulta indispensable, entre otras cosas, que se den garantías de no repetición de los hechos, ya que las comunidades me phaa de Ayutla de los Libres rechazan la presencia del Ejército en la región.

El caso se suma a otros ya abordados en la CoIDH, como el de Campo Algodonero, Rosendo Radilla e Inés Fernandez. El caso de los campesinos ecologistas Rodolfo Montiel Flores y Teodoro Cabrera, tendrá una audiencia pública a finales de agosto del presente año. La mayor parte de estos casos están relacionados con violaciones a los derechos humanos por parte del Ejército en Guerrero, con excepción de Campo Algodonero (sobre el que ayer se presentó un libro) que trata sobre tres feminicidios en Ciudad Juárez.