*Exigen terminar con la fabricación de delitos; se hizo mal el trabajo y son inocentes, acepta la procuraduría.
Ciudad de México, 22 de febrero de 2017. Después de volver a relatar la aprehensión injusta, las acusaciones falsas, la violación a sus derechos, las humillaciones, las pérdidas y el dolor que les causó la fabricación de su caso por parte de la Procuraduría General de la República (PGR) -pero esta vez sí con la atención de funcionarios de alto nivel-, las mujeres hñähñú Teresa González Cornelio, Jacinta Francisco Marcial y Alberta Alcántara Juan escucharon el reconocimiento público de su inocencia y el ofrecimiento de disculpas por parte del titular de la PGR, Ricardo Cervantes, en un acto llevado a cabo ayer en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.
La disculpa ordenada por el Tribunal Fiscal de Justicia Administrativa llegó a más de diez años del encarcelamiento de las mujeres y después de que la PGR hubiera negado, en reiteradas ocasiones, cualquier actuación irregular de sus elementos a pesar de que se demostró que se les inculpó falsamente.
En un acto guiado por el periodista Ricardo Rocha, quien en su momento se ocupó de documentar y dar seguimiento exhaustivo al caso, el director del Centro Prodh, Mario Patrón, consideró que se trataba de un acto de esperanza; reivindicó la dignidad de las tres mujeres y de más víctimas de violaciones a derechos humano y llamó a una reforma a fondo de la PGR para que se eviten este tipo de casos.
En su intervención, Teresa González, quien pidió al procurador que cese la fabricación de casos, consideró que «esta disculpa pública es una gran victoria porque cierra estos 11 años de lucha junto con el acompañamiento de nuestros abogados».
Alberta Alcántara, quien llamó a las personas víctimas de acusaciones injustas a no callarse, apuntó: «Señor procurador, espero no sea la primera disculpa pública. Hay muchas víctimas como nosotras. Espero que sus colaboradores trabajen bien. Con la disculpa no me devuelven el tiempo perdido».
La hija de Jacinta, Estela Hernández, criticó duramente a los funcionarios que fabrican casos para encarcelar a la gente; señaló que la disculpa no alcanza para reparar el daño y advirtió que hay que seguir luchando «hasta que la dignidad se haga costumbre».
Después de especificar que a ella lo que le interesa es que se respeten los derechos de los indígenas, Jacinta Francisco, vendedora de paletas de oficio, insistió: «A mí, aunque no me den apoyo, aunque no me den un peso, con tal de que se haga justicia con todo lo que hay en este momento, porque ahorita yo ya la viví y me duele mucho escuchar a otros y verlo en otras personas».
En dos momentos, uno por cada caso -Alberta y Teresa el primero, y Jacinta después- el procurador reconoció que ‘la PGR incurrió en una actividad indebida «y generó con ello una afectación a su honor, a su propia imagen y a la percepción generada en su comunidad respecto de ustedes», y ofreció disculpas a nombre del Estado.