Se desconoce el número de personas desaparecidas en México; urge una base de datos confiable: ONC

*La inconsistencia y heterogeneidad de las distintas bases de datos hace imposible cuantificar y entender el fenómeno. 

Familiares protestan por saber el paradero de sus seres queridos | El Diario

Ciudad de México, 16 de febrero de 2017. A partir del análisis de una decena de fuentes distintas, el Observatorio Nacional Ciudadano concluyó que en México no se sabe realmente cuantas personas desaparecidas hay. Entre la heterogeneidad e inconsistencia de las distintas bases de datos existentes, algunas apuntan a los mil desaparecidos y otros señalan la existencia de 26 mil personas no localizadas. Algunas fuentes se alimentan de datos oficiales y otras no, y en la mayoría su tipificación no queda clara: no se sabe qué casos corresponden a desapariciones intencionales, cuáles a desapariciones forzadas y cuántas a personas extraviadas por otras causas.

La organización señaló que la confusión numérica hace que no haya diagnóstico para facilitar una investigación y, por tanto, no se pueden implementar políticas públicas para atajar el problema.“Tras 10 años de altos índices delictivos y violaciones a derechos humanos, aún no hemos logrado construir un registro confiable de desaparecidos que permita identificar las causas del problema, analizar sus tendencias y definir líneas de acción claras, coherentes y evaluables”, subraya su documento. También apunta a que hay 11 estados que ni siquiera cuentan con registro público oficial a nivel estatal.

El ONC resaltó que las realidades mostradas por las diferentes fuentes son muy dispares y hace que se desconozcan los rasgos esenciales del delito. Entre los datos recogidos por el Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas no se hace distinción entre los casos de personas perdidas o aquellas que hayan desaparecido en contra de su voluntad; ese aspecto tampoco queda claro en el registro del Programa de difusión de personas desaparecidas “¿Has Visto a…?” y tampoco en la mayoría de los registros estatales se cuenta con definiciones específicas respecto a los términos de personas desaparecidas, extraviadas, ausentes y no localizadas. Algunas de las bases de datos son recientes y algunas están diseñadas para que sean las propias personas las que introduzcan los datos en el sistema, o sólo se alimentan de forma “circunstancial” conforme los casos se reportan, lo que hace que no resulten útiles para identificar tendencias de este delito, insistió.

La base de datos AM/PM resulta la herramienta definitiva para cotejar bases genéticas de familiares de desaparecidos con los cuerpos hallados. Según el Observatorio Nacional Ciudadano, el problema es que se desconoce públicamente cualquier registro estadístico o resultados de este programa y que sólo hay constancia de su implementación en cinco entidades del país. La organización llamó a impulsar un registro de gestión de información de personas desaparecidas en México que pueda ser utilizado como un instrumento de consulta y uso público, con niveles restringidos de acceso para información que requiera privacidad de manejo, dada la investigación de casos, que incluya datos ya existentes y permita cruces de información. Para esto, señalaron, sería necesario implementar plenamente el software donado por Cruz Roja Internacional ante mortem/post mortem (AM/PM) que concentra no sólo los datos de desaparecidos sino información sobre las personas encontradas sin vida; incluir información de personas no identificadas en hospitales, albergues, entre otros; incluir información sobre personas que se encuentran en centros de detención, generar un registro de fosas comunes y clandestinas y desagregar la información recabada de personas desaparecidas no solo para fines de su difusión, sino para entender las características de este fenómeno delincuencial partiendo de la identificación del sujeto activo.

La gravedad de esta falta de información es que, además de las dificultades para la localización de las personas, ni siquiera se cuenta con el cimiento básico para generar una política pública especializada en la materia, dado que se desconocen los rasgos esenciales de este delito, que van desde su incidencia hasta patrones específicos de su comisión, detalla el análisis. Concluyeron que «es inútil tratar de subsanar las fallas estructurales del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) y que el fin no debe ser contar simplemente con una base estadística, sino con un sistema que facilite la búsqueda de personas desaparecidas y darle nombre a todas aquellas personas o restos sin identificar que han sido localizados».
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*Consultar aquí el informe completo.