Campesinos cubanos y mayas se unen en defensa de la soberanía alimentaria y la agricultura ecológica

*Agricultores de Campeche conocerán experiencias ecológicas en Cuba a bordo del barco “Rainbow Warrior” de Greenpeace.

Greenpeace México

Ciudad de México, 10 de enero de 2017. Un grupo de campesinos de Hopelchén, quienes ganaron el amparo contra la siembra de soya transgénica a la trasnacional Monsanto, están de visita en Cuba a bordo del barco ‘Rainbow Warrior’ invitados por Greenpeace. Durante los cinco días de viaje, del 10 al 15 de enero, conocerán al menos cinco fincas donde se desarrollan técnicas de agricultura ecológica con intención de replicarlas en México. De ésta manera quieren fortalecer la batalla contra la transnacional Monsanto en defensa de sus formas tradicionales de producción, de su salud y de su cultura, asegurando alimentos para las futuras generaciones.

En la primera visita que realiza a Cuba, la organización ambientalista denunció que el gobierno de Peña Nieto haya decidido apoyar la industria de transgénicos que se traduce en un modelo agrícola devastador, al echar mano de grandes cantidades de herbicidas y plaguicidas. Según datos de la organización, éste modelo “impulsa la deforestación, contamina los recursos naturales como el suelo y el agua, y que contribuye al 24% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero por el hombre”.

Las comunidades mayas hicieron hincapié en la importancia de la milpa para hacer frente a los desafíos de la agricultura transgénica, produciendo alimentos saludables tanto para las personas como para el planeta. Julio Chimal, representante milpero de Kanxoc, Yucatán, recordó la importancia de preservar prácticas agrícolas y sentenció: “la milpa continuará mientras el campesino maya-yucateco exista”. La apicultora maya Leonor Pech Tzec alertó sobre el uso de químicos y el costo que eso supone a largo plazo.

Aleira Lara, líder del Programa de Agricultura y Alimentación de Greenpeace México, describió Cuba como ejemplo mundial del éxito de la agricultura ecológica libre de plaguicidas, fertilizantes, y transgénicos. Explicó que al desintegrarse la Unión Soviética la agricultura cubana quedó sin recursos, y los campesinos, con 25 por ciento de tierras cultivables, fueron capaces de producir hasta 65 por ciento del suministro de alimentos en la isla mediante la agricultura ecológica. La organización ecologista destacó la revolución agroecológica ya que “mediante la participación de más de 100 mil familias –muchas de las cuales forman parte del movimiento ‘Campesino a Campesino’, y otros programas agroecológicos– producen mucho más alimento por hectárea que cualquier otra explotación comercial basada en la diversificación e integración”.

*Con información de Greenpeace México y La Jornada