CIDH: menores de edad pobres, quienes más sufren la violencia en América

*Lanza el organismo informe multimedia sobre violencia, niñez y crimen organizado.   

chrome_2016-08-18_09-36-24Ciudad de México, 18 de agosto de 2016. Niños, niñas y adolescentes americanos son uno de los sectores de la población más afectados por la violencia, la vulneración de derechos y las acciones del crimen organizado, advirtió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su informe Violencia, niñez y crimen organizado.

El organismo interamericano señaló que las políticas de control y de represión hacia los grupos criminales han traído abusos y arbitrariedades ejercidos por las fuerzas de seguridad del Estado en contra de los adolescentes, y lamentó que las respuestas de los Estados no son suficientes para prestar una adecuada protección a la niñez; garantizar sus derechos y prevenir que sean captados, utilizados y explotados por el crimen organizado.

Un estudio del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal expuso que en el 2015 41 de las 50 ciudades más violentas del mundo con más de 300,000 habitantes se ubican en el continente americano, 21 de ellas en Brasil; ocho en Venezuela; cinco en México (Acapulco, Guerrero; Culiacán, Sinaloa; Tijuana, Baja California; Ciudad Victoria, Tamaulipas, y Ciudad Obregón, Sonora); cuatro en Estados Unidos; tres en Colombia y dos en Honduras.

El informe indicó que los adolescentes varones de barrios pobres y periféricos son estigmatizados al ser señalados como responsables del clima de inseguridad y acusados de potenciales peligros sociales. A la vez, estos sufren situaciones de violencia, abuso y negligencia en sus hogares, comunidades y escuela, por parte de adultos, de sus pares e incluso de la policía.

El organismo resaltó que las actuales políticas de mano dura no toman en cuenta las consecuencias específicas de estos contextos para los y las adolescentes, quienes se encuentran en una situación de desprotección. «Muy a menudo los niños y los adolescentes sufren presiones, amenazas o engaños para que colaboren con estas organizaciones criminales o grupos violentos. Esto los pone en una situación de gran vulnerabilidad, en la cual se facilita su captación y utilización por grupos criminales», agregó la CIDH.

Una vez en manos del sistema de justicia, los adolescentes son recluidos en condiciones que no garantizan su reinserción. «Casi no existen en América programas de justicia restaurativa que permitirían responsabilizar a los adolescentes por sus acciones sin necesidad de someterlos al sistema carcelario», valoró el informe.

Para la organización, se necesita un abordaje preventivo, holístico e integral de la violencia que parta de la protección y el respeto de los derechos humanos, en el que niños, niñas y adolescentes deben ser considerados principalmente como víctimas de vulneraciones sucesivas a sus derechos.

*Con información de El Economista