*Presentan informe «Sobrevivir a la muerte. Tortura de mujeres por policías y fuerzas armadas en México».
Ciudad de México, 28 de junio del 2016. Un informe hecho público hoy por Amnistía Internacional revela que las mujeres detenidas en México sufren habitualmente abusos sexuales a manos de las fuerzas de seguridad, que de esta forma buscan obtener confesiones «y elevar las cifras para hacer ver que están combatiendo una delincuencia organizada desenfrenada», advirtió la organización.
Las 100 mujeres recluidas en prisiones federales que relataron a Amnistía Internacional haber padecido tortura u otros malos tratos afirmaron haber sufrido algún tipo de acoso sexual o abuso psicológico durante su arresto e interrogatorio a manos de policías municipales, estatales o federales o miembros del Ejército y la Marina; 72 habían vivido abusos sexuales durante su arresto o en las horas posteriores y 33 habían sido violadas. Un total de 66 mujeres dijeron que habían denunciado los abusos ante un juez u otra autoridad, pero sólo en 22 casos se habían abierto investigaciones y no hay información de que se hayan presentado cargos de alguna clase a partir de estas investigaciones.
“Los casos de estas mujeres dibujan un cuadro absolutamente escandaloso que refleja el nivel de tortura que sufren las mujeres en México, incluso para lo que se acostumbra en la región. La violencia sexual usada como tortura parece haberse convertido en parte habitual de los interrogatorios”, lamentó Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional. La organización señaló que las mujeres procedentes de entornos marginados son las más vulnerables, pues las autoridades, normalmente más preocupadas por que se vea que están encarcelando a gente en la llamada Guerra contra el narcotráfico que por encontrar a los verdaderos delincuentes, suelen considerarlas objetivos fáciles y sin probabilidades de costearse una defensa efectiva.
La mayoría de las mujeres encarceladas que hablaron con Amnistía Internacional para la elaboración del informe Sobrevivir a la muerte. Tortura de mujeres por policías y fuerzas armadas en México relataron tocamientos, manoseos y otros abusos sexuales, así como palizas y descargas eléctricas durante el arresto y el interrogatorio. Prácticamente todas fueron acusadas de delincuencia organizada o de delitos relacionados con drogas. Muchas fueron presentadas ante los medios de comunicación como “criminales” inmediatamente después de haber sido obligadas a “confesar” los delitos.
Según datos de las comisiones de derechos humanos consignados en el informe, tan solo en el año 2013 se presentaron más de 12 mil denuncias de tortura y otros malos tratos ante estos organismos en todo el país; entre 2013 y 2014 se duplicaron las querellas por tortura presentadas ante la Procuraduría General de la República, pero sólo se ha abierto un número limitado de investigaciones.
«Los organismos encargados de hacer cumplir la ley, ministerios públicos y tribunales de México siguen sin investigar, enjuiciar y castigar la violación y otros actos graves de violencia sexual usados como forma de tortura por funcionarios públicos. Las denuncias de tortura y otros malos tratos a menudo no se investigan, y es incluso más excepcional que los presuntos responsables comparezcan ante la justicia. De los miles de denuncias por tortura presentadas en el ámbito federal desde 1991, sólo 15 han tenido como resultado fallos condenatorios federales», detalló AI.
A pesar del número extraordinariamente alto de denuncias de violencia sexual infligida a mujeres por miembros de las fuerzas armadas, el Ejército informó por escrito a Amnistía Internacional de que ni un solo soldado había sido suspendido del servicio por violación o abuso sexual entre 2010 y 2015. Según informó la Marina, sólo cuatro marinos habían sido suspendidos en el mismo periodo. Un marino condenado a prisión por abusos sexuales sólo fue apartado temporalmente del servicio en la Marina, lo que le permitiría reincorporarse a su puesto una vez cumplida la pena de cárcel. Entre 2010 y 2015, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) recibió 7 mil 48 denuncias de tortura u otros malos tratos y sólo emitió 62 recomendaciones. «Además, no suele entregar a las víctimas una copia de su expediente ni asesorarlas sobre los resultados de las investigaciones», puntualizó Amnistía Internacional.
“No realizar investigaciones adecuadas ni llevar a los responsables ante la justicia transmite el peligroso mensaje de que violar a mujeres o utilizar otras formas de violencia sexual para obtener confesiones es admisible y está permitido en la práctica. Las autoridades mexicanas parecen decididas a mantener oculto este asunto”, sentenció Guevara-Rosas. Además, salvo raras ocasiones, las mujeres no reciben la asistencia médica y psicológica adecuada tras haber sufrido la violencia.
La organización denunció que autoridades le negaron acceso a información crucial en el curso de su investigación, como acceso a un gran número de mujeres bajo custodia y la entrada en un centro penitenciario, además de que representantes del Ejército y la Marina rechazaron las solicitudes para tener reuniones.
Amnistía Internacional destacó que las autoridades deben adoptar medidas urgentes para abordar el problema de la violencia sexual y la tortura de mujeres y prevenirlo. Denunció la falta de avances del Mecanismo de Seguimiento de Casos de Tortura Sexual cometida contra las Mujeres y sostuvo que en el proyecto de Ley General sobre la Tortura se debe reforzar la norma de la inadmisibilidad, según la cual todas las pruebas obtenidas mediante tortura u otros malos tratos deben ser excluidas de las actuaciones penales excepto en las causas contra un presunto autor de tortura.