*Anuncian ejidatarios resistencia a los proyectos; el pueblo wirrárika los apoya.
Ciudad de México, 23 de junio del 2016. Ejidatarios y habitantes del altiplano potosino denunciaron que sus tierras y aguas se encuentran en peligro por la instalación del confinamiento de Residuos Tóxicos de Palula, en el ejido La Victoria, municipio de Santo Domingo, San Luis Potosí, y por megaproyectos de minería.
Los habitantes acusaron que ni las empresas ni el gobierno les han consultado sobre la instalación de los proyectos, además de que han falsificado documentos para conseguir los permisos de funcionamiento. El pueblo wirrárika, que vería afectadas las tierras y plantas que utilizan en sus ceremonias sagradas, señaló que se unió al rechazo de los pobladores.
Integrantes del Comité en Defensa de la Vida de Santo Domingo, el Comité en Defensa del Agua del Desierto de Catorce y la Pastoral Social de la Diócesis de Matehuala advirtieron de los riesgos de contaminación y a la salud de los pobladores por la posible filtración o dispersión de sustancias tóxicas, y señalaron que aunque los empresarios señalan que no hay vida en los alrededores que se pueda ver afectada, esto es falso.
El empresario que pretende instalar el basurero es José Cerrillo Chowell, y el tiradero -que además de las propias sustancias que reciba, utilizará otros tóxicos para tratarlas- se ubicaría en una zona que es ganadera y de agricultura. Los posibles afectados señalan que la población amenazada es de cerca de 20 mil personas de los municipios de Cedral, Charcas, Catorce, Guadalcázar y Santo Domingo. Las organizaciones exigieron “que cesen las simulaciones, las campañas de división, los chantajes, los grupos de choque, las difamaciones y la compra de conciencias. No estaremos con los brazos cruzados mientras acaban con nuestro futuro, mientras continúe la amenaza sobre nuestro territorio y sobre nuestras vidas”.
Los denunciantes indicaron que los empresarios han ofrecido dinero, casas y viajes, porque el altiplano les gusta para eólicas, minería, invernaderos y tiraderos”, pero advirtieron que defenderán sus tierras «hasta sus últimas consecuencias».